La ashwagandha (también llamada withania somnifera) es una planta medicinal de la familia de las solanáceas. Es originaria de la India y Pakistán, aunque también se encuentra en la costa de Libia y en países de la cuenca del Mediterráneo (incluido España).
La ashwagandha es ampliamente conocida y utilizada en la medicina ayurvédica por sus propiedades relajantes, antirreumáticas y tónicas.
Sus bayas son pequeñas y de color rojo anaranjado. Las propiedades terapéuticas se concentran en la raíz que es donde se hallan los compuestos utilizados para su comercialización.
Sus principios activos:
- Alcaloides: somniferina, anaferina y pseudotropina. Le atribuyen sus virtudes analgésicas y sedantes.
- Lactonas esteroidales: conocidas como withanolidos, son unos componentes bioquímicos que dotan a la planta de su capacidad adaptógena y antiinflamatoria.
- Trietilenglicol: ha demostrado ser eficaz para combatir el insomnio en ensayos clínicos con ratones.
- Flavonoides: tienen una acción antioxidante.
- Minerales: como el hierro y el potasio.
Propiedades medicinales de la ashwagandha.
En los últimos años se ha popularizado el uso de la ashwagandha como suplemento por sus múltiples beneficios para la salud.
- Reduce la ansiedad: un estudio realizado por el Hospital Prakruti de Mumbai demostró que la ashwagandha ayuda a regular los niveles de cortisol, un desencadenante hormonal del estrés.
- Combate la anemia: aumenta los niveles de hemoglobina y eritrocitos en pacientes con anemia ferropénica.
- Buena para los diabéticos: la ashwagandha posee un ligero efecto hipoglucemiante. Un estudio realizado por el Instituto de Investigación de Medicamentos de la Facultad de Medicina de la Universidad Hebrea de Jerusalén, señala que el extracto de la hoja de esta planta mejora la sensibilidad a la insulina en las células beta-pancreáticas basales.
- Reduce la inflamación: por sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas es un coadyuvante en el tratamiento de los síntomas de la artritis reumatoide. Su eficacia ha sido probada incluso en pacientes con COVID-19.
- Combate la retención de líquidos: gracias a su acción diurética nos ayuda a eliminar toxinas del organismo.
- Mejora el rendimiento deportivo: numerosos estudios han demostrado su potencial para mejorar la resistencia de los deportistas que practican disciplinas de alta intensidad. También se ha probado su utilidad para aumentar la masa muscular e incluso como revitalizante natural para hacer frente a la astenia otoñal.
- Fortalece el sistema inmunitario: al igual que otras plantas adaptógenas, la ashwagandha tiene un efecto inmunomodulador. Aumenta el nivel de leucocitos o glóbulos blancos en la sangre protegiéndonos frente a las enfermedades de origen infeccioso.
- Previene la osteoporosis: un estudio en ratones realizado por la Sociedad Española de Fitoterapia asegura que los compuestos etanólicos presentes en el extracto de raíz de ashwagandha contribuyen a mantener la masa ósea en personas de la tercera edad, reduciendo el riesgo de sufrir fracturas.
- Es anticancerígena: los extractos withanólidos, especialmente la withaferina A, se están estudiando por sus posibles efectos inhibidores en el crecimiento de células tumorales en determinados tipos de cáncer como el cáncer de mama y el cáncer de colon. Por el momento no hay informaciones concluyentes.
- Posible tratamiento para el hipotiroidismo: algunas investigaciones atribuyen a esta planta un efecto estimulante de la glándula tiroides, pero también faltan pruebas concluyentes al respecto.
- Combatir el insomnio: los suplementos de ashwagandha se utilizan sobre todo para favorecer el sueño en las personas que sufren de insomnio. Existen numerosos estudios clínicos que avalan su eficacia para este fin, aunque es recomendable consultar antes con un médico.
¿Cómo tomar ashwagandha?
La ashwagandha se comercializa como suplemento en cápsulas, extracto seco de raíz pulverizada o té. Es importante leer bien las indicaciones del fabricante para no excederse en la dosis.
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Contraindicaciones
El consumo de ashwagandha está contraindicado en algunos casos:
- Durante el embarazo o lactancia.
- En niños menores de 12 años.
- En casos de hipertiroidismo.
- En pacientes que toman ansiolíticos y antidepresivos como zolpiden, clonazepan, sertralina y otros.
- En caso de úlcera gastrointestinal es conveniente consultar previamente con el médico la posibilidad de tomar ashwagandha.
- También deberíamos informar a nuestro médico si estamos siguiendo un tratamiento para el colesterol o la hipertensión, pues podría aumentar su efecto.
¿Conocías todas las virtudes de la ashwagandha?
