Su nombre científico es Citrus reticulata y son el fruto del árbol conocido comúnmente como mandarino. Las mandarinas tienen algo más de azúcar que las naranjas y esto les confiere un sabor más dulce (motivo por el que suelen ser mejor aceptadas por los niños). Destacan por su bonito color anaranjado y su cáscara que se retira fácilmente con las manos.



Beneficios de las mandarinas para la salud.

Son una fuente natural de vitaminas.

Como sucede con otros cítricos, las mandarinas son ricas en vitamina C (aunque su contenido es algo inferior al de las naranjas) y vitamina A, dos poderosos antioxidantes que fortalecen nuestro sistema inmunológico frente a las infecciones. También poseen algunas vitaminas del grupo B, entre las que se encuentra el ácido fólico.

Piel bonita

La vitamina A y el betacaroteno presentes en las mandarinas, protegen nuestra piel de los efectos dañinos causados por los radicales libres. Por otra parte, la vitamina C ejerce su acción antioxidante favoreciendo la regeneración celular o incluso la cicatrización de las heridas.

Reducen el colesterol malo.

Tienen tan sólo 37 kcal. por cada 100 gramos. Además, poseen un alto contenido en fibra que se encuentra sobre todo debajo de la corteza y entre los gajos y que contribuye a mantener un buen tránsito intestinal y a evitar el estreñimiento.

Según revela un estudio de la Universidad de Ontario Occidental, las mandarinas poseen entre sus nutrientes un flavonoide llamado nobiletina que reduce la absorción de las grasas y del colesterol malo (LDL), siendo así una fruta recomendada para las personas que sufren hipercolesterolemia.

Son diuréticas.

Las mandarinas son diuréticas gracias a su alto porcentaje en agua y potasio. Nos ayudan a orinar más y a eliminar toxinas de desecho de nuestro organismo. Son especialmente beneficiosas si sufrimos retención de líquidos, gota o litiasis renal.

Variedades de mandarinas

Las mandarinas pueden clasificarse en tres variedades distintas:

  • Clementinas: son de color naranja intenso, fáciles de pelar y normalmente sin semillas. Dentro de las clementinas podemos encontrar un buen número de variedades: Marisol, Clemenules, Oronules, Orovales.
  • Híbridos: son uniones entre el mandarino y otros árboles frutales como el naranjo. Las frutas resultantes tienen un color rojizo intenso y un tamaño considerable. A diferencia de las clementinas, su piel está muy adherida a la pulpa y son ideales para zumo. Algunas variedades conocidas son: Ellendale, Ortanique y Fortuna.
  • Satsumas: son de origen japonés. No tienen semillas y su piel es rugosa y algo gruesa. Tienen dos variedades: Clauselina y Okitsu.

¿Cómo conservar las mandarinas?

Las mandarinas se pueden conservar limpias y secas a temperatura ambiente en un lugar ventilado. No se deben guardar nunca en tuppers cerrados, ya sea dentro o fuera de la nevera porque se enmohecen. Refrigeradas duran por más tiempo, pero siempre que las hayamos adquirido en su punto de maduración.