El aceite de oliva es uno de los ingredientes básicos de la dieta mediterránea. Este aceite no sólo destaca por sus cualidades organolépticas, sino también por sus numerosos beneficios para la salud.


Propiedades nutricionales del aceite de oliva.

El aceite de oliva es rico en lípidos lo que hace de él un alimento muy energético (9 kcal. por cada 100 gramos de producto). Sin embargo, al ser un ingrediente de origen vegetal no contiene colesterol. A diferencia de las grasas animales, la mayoría de los ácidos grasos presentes en el aceite de oliva son insaturados.

El ácido oleico (ácido graso monoinsaturado) es el más abundante en su composición, aunque el porcentaje de ácidos grasos varía mucho en función del tipo de cultivo o del grado de maduración de la aceituna.

Además, el aceite de oliva virgen es una fuente natural de vitamina E y polifenoles que nos protegen frente al daño oxidativo.

Beneficios para la salud.

El aceite de oliva se considera el aceite vegetal más saludable. Estos efectos beneficiosos se deben a su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados y antioxidantes.

  • Reduce el colesterol malo: el aceite de oliva nos ayuda a mantener estables los niveles de colesterol en sangre. En concreto, reduce el colesterol malo (LDL) y aumenta el HDL o colesterol bueno.
  • Cuida la salud cardiovascular: se considera un alimento preventivo frente a enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio. Su consumo regular reduce el riesgo de sufrir aterosclerosis. También mejora la circulación sanguínea y disminuye la coagulación evitando la formación de trombos en las arterias.
  • Favorece la función digestiva: protege la mucosa estomacal frente a la acidez de las secreciones gástricas. Además, tiene un suave efecto laxante que nos ayuda a combatir el estreñimiento.
  • Bueno para el cerebro: el ácido oleico se incorpora a la mielina y a las terminales nerviosas facilitando las conexiones.
  • Recomendado para los diabéticos: los ácidos grasos monoinsaturados ayudan a mantener estables los niveles de glucosa en el caso de los pacientes diabéticos no insulinodependientes. En personas sanas una dieta rica en aceite de oliva favorece la metabolización de la glucosa.
  • Contribuye a una correcta mineralización de los huesos: por eso es muy importante que esté presente en la dieta de los niños durante la etapa del crecimiento y también en la edad adulta para prevenir la osteoporosis.
  • Anticancerígeno: al parecer, las dietas ricas en aceite de oliva tienen un efecto protector frente a ciertos tipos de cáncer como el cáncer de mama o el cáncer de estómago.

¿Cómo consumirlo?

El aceite de oliva puede utilizarse en crudo para aliñar ensaladas y verduras, para acompañar el pan del desayuno o preparar salsas como la vinagreta, el alioli o la mayonesa. También forma parte de platos típicos de nuestra gastronomía como el gazpacho o el salmorejo.

Es adecuado para freír ya que es estable a altas temperaturas entre 170 y 180ºC. A la hora de incorporar el alimento en la sartén, el aceite no debe humear. Tampoco es aconsejable utilizarlo más de cinco veces. Para reservarlo, fíltralo y guárdalo después en una aceitera apartado de la luz y del calor.