La menopausia o climaterio es un periodo que comprende aproximadamente de los 45 a los 65 años; desde que aparecen los primeros síntomas de la premenopausia como irregularidades menstruales a la senectud. Nuestro metabolismo relentiza sus funciones y esto se refleja en una serie de cambios que también afectan a nuestra piel.


La disminución de estrógenos y el deterioro de las fibras de colágeno trae consigo una pérdida de elasticidad que deriva en la falta de firmeza y en la aparición de la flacidez. La producción de melanina también puede volverse irregular y presentarse manchas que antes no existían. La estructura córnea de nuestra epidermis se hace más frágil y en ocasiones pueden haber problemas de cicatrización.

Muchas veces los ginecólogos tratan en su consulta problemas relacionados con los síntomas de la menopausia como los sofocos, prevención de la osteoporosis o enfermedades cardiovasculares, pero ¿qué sucede con la belleza de nuestra piel? Evidentemente tener un cutis apagado o con arrugas no se considera una enfermedad, sin embargo una imagen positiva de nosotras mismas ayuda a reforzar la autoestima y esto también es calidad de vida. No se trata de esconder nuestra edad sino de seguir cuidándonos como cuando éranos jóvenes, incluso ahora un poquito más.

Algunos de los problemas cutáneos que pueden preocuparnos son:

  • Piel seca y deshidratada: la disminución de estrógenos conlleva la pérdida de lípidos, agua y colágeno. Al producirse menor cantidad de sebo en las glándulas sebáceas, la epidermis se reseca y se endurece tomando un aspecto rugoso.
  • Adelgazamiento progresivo de la epidermis: la piel pierde grosor y se hace más quebradiza y propensa a lesiones.
  • Producción irregular de melanina: deriva en un tono poco uniforme o en la aparición de manchas.
  • Arrugas y flacidez: aparecen debido al deterioro de las fibras de colágeno y elastina. La piel pierde firmeza y se descuelga. En el rostro se hace más profundo el surco nasogeniano y en el cuello puede formarse papada. La flacidez también puede presentarse en otras partes del cuerpo, sobre todo en las extremidades, brazos y piernas.

menopausia

Si bien estos signos aparecen con la edad y son comunes a todas las personas, a veces nos preguntamos la causa de por qué por alguna gente parece que «no pasan los años» mientras que otra envejece prematuramente. La genética influye, pero es solamente un factor. Los cuidados preventivos que hayamos dispensado a nuestra piel los años anteriores, se reflejarán ahora en un rostro más joven. Según la doctora Ruiz Domingo «se calcula que el 70% de la exposición solar que recibimos proviene de los primeros 20 años de vida”; la protección solar es indispensable para evitar el fotoenvejecimiento y la formación de radicales libres.

Una dieta rica en vitamina C, minerales y Omega3, mejora la vascularización de las capas más superficiales de la dermis.

Por último, es muy importante mantener nuestra piel humectada diariamente para evitar que se reseque y se formen arrugas. Recomendamos renovar tu despensa de cremas, tónicos y lociones por otros específicos para la piel madura (en nuestro artículo «Cómo combatir la sequedad de la piel durante la menopausia» os hablamos de los productos cosméticos más eficaces para esta etapa). Una vez a la semana puedes preparar una loción casera usando el zumo de una naranja, media taza de manzanilla y dos cucharadas de miel. Aplícatela sobre rostro, cuello y escote con un algodón, deja que actúe sobre 15 minutos y retírala con agua tibia.

Para otros tratamientos y cuidados antiedad, os recomendamos leer nuestro artículo «Los cuidados de una piel madura» donde desarrollamos el tema por extenso.