La candidiasis es una infección causada por un hongo oportunista que afecta normalmente las zonas húmedas y cálidas de la piel y las mucosas, como las axilas, la boca, uñas, el glande y la vagina.



En dichos lugares normalmente hay cantidades pequeñas de levadura y de otros organismos. Cuando se altera el equilibrio de los mismos en la vagina y la levadura crece en forma excesiva se desencadena la infección por hongos. La flora vaginal puede modificarse por: cambios en el pH, exceso de aseo, estrés y cambios de ánimo o más comúnmente por el uso de antibióticos.

Síntomas de la candidiasis vaginal

Las señales externas de candidiasis vaginal pueden incluir flujo más espeso de lo normal, blanco y como leche cuajada. Otras señales son picazón, ardor, enrojecimiento e irritación del área vaginal. Las infecciones severas pueden causar hinchazón de los labios de la vagina. A veces, las mujeres tienen dolor al orinar y/o orinan con frecuencia, debido a la inflamación de la apertura urinaria.

Tratamiento de la candidiasis vaginal

La candidiasis, una vez detectada por el profesional médico, puede ser tratada con un medicamento en crema o insertar óvulos en la vagina. Los tratamientos más comunes para la candidiasis vaginal se compran sin receta médica y se consiguen en muchas farmacias. Eso sí, muchas de las cremas y supositorios pueden debilitar el material de que están hechos los condones y los diafragmas, lo cual aumenta el riesgo de embarazo y contagio del VIH.

Durante el tiempo en que se use la crema, no se recomienda usar tampones porque los mismos absorben al medicamento, reduciendo sus efectos y prologando la infección.

En cuanto a los óvulos, su frecuencia de aplicación depende del producto que se use (una sola vez para el clotrimazol o una vez al día durante tres días para el miconazol).

Una tercera opción incluye el uso oral de fluconazol, y la duración del tratamiento dependerá de la condición de la paciente y de lo bien que la misma responda al medicamento.