Para muchas personas la primavera es la mejor época del año: empieza ya a hacer buen tiempo pero sin experimentar el calor sofocante del verano. Además, tenemos más horas de luz y la Naturaleza comienza a florecer alegrando la vista con multitud de formas y colores.


Para otros, sin embargo, el cambio de estación trae consigo malestar, cansancio, desmotivación o irritabilidad. Es lo que se conoce como “astenia primaveral”, un trastorno muy frecuente y que afecta a gran parte de la población (cerca del 42% de los españoles la experimentan al llegar estas fechas).

Se piensa que los cambios bruscos de temperatura y la transición al nuevo horario provocan alteraciones en los biorritmos que se manifiestan en una falta de energía y apatía.

La astenia primaveral no es una enfermedad.

La astenia primaveral no se considera una enfermedad sino un trastorno adaptativo. Se produce cuando llegan los meses de primavera (marzo, abril y mayo) y no suele durar más de 10-15 días que es lo que tarda el cuerpo en habituarse al cambio de estación.

¿Cuáles son sus síntomas?

Tal vez seas una de esas personas que cada año sufre astenia primaveral pero todavía no lo sabe. Para salir de dudas, comprueba si sufres alguno de estos síntomas:

  • Fatiga física y mental
  • Falta de apetito
  • Dificultad para quedarte dormida
  • Cambios de humor
  • Apatía y falta de motivación

¿Qué la provoca?

Entre las causas frecuentes de la astenia primaveral destacan los cambios de horario (el reloj se adelanta una hora lo que repercute a su vez en nuestra jornada laboral y rutinas). Esto provoca a su vez una caída en la producción de endorfinas, hormonas que regulan la sensación de bienestar. Además, el incremento de las horas de luz estimula la producción de melatonina, otra hormona esencial ya que regula la calidad del sueño.

Los niños y las personas ancianas tienen más dificultades para adaptarse al cambio estacional y son quienes sufren con mayor frecuencia los síntomas de la astenia primaveral. También hay mayor incidencia en personas que padecen anemia, trastornos del sueño, ansiedad, depresión y mujeres embarazadas.

Hábitos saludables para combatir la astenia primaveral.

Aunque la astenia primaveral no es una enfermedad, puede llegar a debilitar nuestro sistema inmunitario. Por eso es recomendable seguir unos hábitos de vida saludables para que nos afecte en menor medida.

  • Respeta las horas de sueño: debes dormir al menos siete u ocho horas diarias y tratar de acostarte siempre a la misma hora. El descanso del cuerpo es fundamental para evitar la sensación de fatiga durante el día.
  • Evita la comida basura: esfuérzate por llevar una dieta sana y equilibrada. Opta por alimentos ricos en nutrientes que te aporten energía, por ejemplo frutas como plátanos, dátiles o aguacate, frutos secos y alimentos ricos en vitamina C (brócoli, kiwi, espinacas). También es recomendable comer un pedacito de chocolate negro ya que aumenta los niveles de serotonina, la hormona de la felicidad.
  • Bebe mucha agua: lo más recomendable es beber dos litros de agua al día para mantenerse hidratada. Evita el consumo de bebidas alcohólicas ya que son agentes depresivos que contribuyen a la deshidratación del cuerpo.
  • Practica ejercicio físico: es normal que no te apetezca hacer deporte si estás cansada, pero salir a caminar, nadar, montar en bici… son una buena forma de combatir el estrés. La actividad física estimula la producción de endorfinas haciendo que te sientas mejor a lo largo del día. Tampoco es buena idea hacer ejercicio de forma extenuante, sobre todo si no has descansado bien la noche anterior.

Si sigues estos consejos y después de unas semanas no te sientes mejor, es posible que sufras fatiga crónica o un déficit de vitaminas. En este caso es aconsejable acudir a la consulta de un doctor para hacerse un chequeo médico y comprobar el estado de salud.