¿Te gustaría tener unos pies más suaves y bonitos sin tener que acudir con frecuencia a un centro de belleza para hacerte la pedicura?

Tan sólo necesitas seguir unos cuidados rutinarios de limpieza e hidratación. El truco consiste en prestar a tus pies un poquito de atención durante todo el año para que estén en buenas condiciones cuando llegue el verano y podamos presumir de nuestras sandalias favoritas.

El primer paso es el lavado de pies. Debe hacerse con agua tibia para no resecar en exceso la piel. Agrega al agua de la tisana un poquito de jabón suave y sumérgelos unos diez minutos. Además, si tienes los pies cansados puedes añadir al agua unas gotitas de aceite esencial de menta o de limón.

Luego aclara todos los restos de jabón y seca con cuidado. Debemos asegurarnos de que no queda agua en la piel o entre los dedos ya que la humedad propicia la proliferación de hongos y bacterias.

A continuación, extiende una buena cantidad de crema hidratante. Este gesto debe hacerse todos los días pero es especialmente beneficioso después del baño.

Una vez a la semana exfolía tus pies para evitar las durezas. La piel quedará suave, libre de impurezas y células muertas.

A veces para terminar con las durezas debemos emplear una lima o piedra pómez. Es mejor hacerlo después del baño ya que la piel está más blanda y se retiran mejor.

Y por supuesto no hay que olvidarse de cortar las uñas. La forma debe ser cuadrada para que no se encarnen. Después toca limarlas moviendo siempre la lima de uñas en la misma dirección para que no se agrieten. Finalmente utiliza un cepillo de cerdas suaves para limpiarlas bien y aplica unas gotitas de aceite para hidratar la cutícula.

¿Te han gustado estos consejos? Recuerda que lo importante es ser constante y cuidar con esmero nuestros pies para que siempre luzcan bonitos.