Desde que comenzó la pandemia, el uso de la mascarilla se ha vuelto esencial para protegernos a nosotras mismas y a los demás de los contagios. A algunas personas les cuesta más que a otras adaptarse a este accesorio y un ejemplo de ello son quienes tienen que llevar gafas y mascarilla. Basta un bostezo o suspiro para empañar por completo los cristales dejándonos sin visión.
Para evitar que esto suceda, los ópticos profesionales nos dan una serie de consejos que si bien no solucionan por completo el problema, evitarán que nos pase contínuamente.
Agua y jabón
Lava tus gafas con una gotita de jabón de manos y abundante agua. Luego deja que se sequen por completo al aire libre. Esto creará una mini película protectora que evitará que se empañen durante un rato.
Esparadrapo
Debes colocarlo sobre el puente nasal y en los espacios libres por donde sale la respiración.
Primero la mascarilla
Si llevas las gafas puestas la mayor parte del día, es lógico que al salir de casa solamente tengas que ponerte la mascarilla. Sin embargo, el orden correcto es colocar primero la mascarilla y después las gafas para que estas sirvan de sujección e impidan que la respiración salga por los costados.
Espuma de afeitar
Coloca una gotita de espuma de afeitar en cada cristal de la gafa y enjuaga con agua. La glicerina creará un efecto aislante ante el vaho de la respiración.
Barra de jabón
Talla por los dos lados del vidrio con la barra de jabón (ya sea para lavar ropa o uso personal). Después limpia los residuos con una toallita especial. Con esto evitarás que la respiración se concentre en el cristal.