Es habitual que una vez que pasa la temporada en que llevamos diariamente pañuelos al cuello, los guardemos en el cajón de nuestra cómoda. Sin embargo, no puede hacerse lo mismo con los pañuelos de seda ya que, como sabéis, no se pueden planchar y al estar doblados mucho tiempo toman arrugas en la tela bastante difíciles de quitar. Usa este sencillo truquito: cuando termines el film o el aluminio que utilizas en la cocina, no tires el tubo de cartón; resérvalo y enrolla alrededor de él tus pañuelos de seda.


¡Ya están listos para guardar hasta la próxima temporada! Verás que cuando nos saques no tienen ni una sola arruga.