El bálsamo de Jerusalén, también conocido como bálsamo de Judea, es una resina natural producida por un árbol de la familia Burseraceae, el árbol de Bálsamo, que crece en los montes de Judea. Esta resina se obtiene mediante la incisión de la corteza del árbol y se ha utilizado desde la Antigüedad como una cura medicinal y una forma de embellecimiento.
Se dice que el bálsamo de Jerusalén es uno de los ingredientes de la famosa unción sagrada y que tiene propiedades antibacterianas, antiinflamatorias, antiespasmódicas, antisépticas, cicatrizantes y analgésicas. El bálsamo de Jerusalén también se utiliza como una fragancia en perfumes.
La fórmula del bálsamo de Jerusalén fue documentada por el monje y farmacéutico del Monasterio de St. Savoir, Antonio Menzani di Cuna hacia el 1719. Era utilizado para desinfectar y favorecer la cicatrización de las heridas.
Hoy te enseñaremos a preparar una versión casera de este bálsamo que te servirá para aliviar la piel agrietada e inflamada o simplemente como perfume sólido para el cuerpo.
Necesitas:
- 20 gramos de manteca de karité
- 1,5 gramos de cera de abejas
- 8 gramos de lanolina
- 0,5 gramos de gel puro de aloe vera
- 5 gotas de aceite esencial de incienso
- 5 gotas de aceite esencial de mirra
- 5 gotas de aceite esencial de lentisco
- 1 gota de vitamina E
Preparación:
- Pesa todos los ingredientes por separado.
- Coloca en un recipiente al baño María la manteca de karité, la cera y la lanolina.
- Una vez que todo se haya derretido, retira el recipiente del fuego y espera a que baje la temperatura. Después ve agregando uno a uno el resto de los ingredientes.
- Transfiere la mezcla a un recipiente limpio y espera a que se solidifique.
¡Prueba esta receta y cuéntanos si te ha gustado!