A pesar de que los looks de oficina tienen un carácter más formal, esto no significa necesariamente que deban ser aburridos. Lejos quedaron los tiempos en los que vestíamos solamente ropa en colores neutros y de cortes rígidos. Hoy en día la creatividad se ve con buenos ojos, y es posible añadir un toque personal a la vestimenta de trabajo sin comprometer la elegancia.


¿Quieres dar un giro cómodo y moderno a tus looks se oficina? Aquí te dejamos algunas ideas para triunfar.

Juega con el color.

Una de las formas más sencillas de quitarle seriedad a la ropa del trabajo es incorporar colores llamativos. No te limites al clásico traje de sastre gris y atrévete a experimentar con prendas que inyecten vida a tus looks.

Un blazer rojo puede ser un gran acierto para combinar con tus prendas más básicas.

Y ¿qué tal una falda lápiz amarilla? Anímate a lucirla con un foulard a juego para un look vibrante y optimista.

Los estampados también son bienvenidos, pero es importante mantener cierto equilibrio visual para que no parezca que vas muy recargada.

Combina el traje con zapatillas deportivas.

Las zapatillas deportivas han dejado de ser exclusivas de los looks casuales y dan el salto a la vestimenta laboral. Algunas influencers parisinas se atreven a combinar el traje de dos piezas con unas zapatillas blancas, un outfit moderno e ideal para esos días en los que necesitas moverte con agilidad sin sacrificar estilo.

Un cálido chaleco de punto

El chaleco de punto ha resurgido como una prenda clave para los looks otoñales. Un chaleco sobre una camisa blanca aporta textura y dimensión sin restar elegancia o formalidad.

Puedes optar por un chaleco de punto en colores neutros como el beige o el gris o bien, escoger uno estampado o en colores alegres para conseguir un toque de autenticidad.

Accesorios llamativos

Si no quieres renunciar al estilo clásico, te proponemos dar vida a tus looks de oficina con accesorios originales. Un cinturón o un bolso con un diseño interesante pueden convertirse en el centro de atención. Opta por piezas exclusivas y con carácter, sin caer en lo aburrido y lo predecible.

¿Qué no deberías ponerte?

Aunque hoy en día la moda laboral es mucho más flexible, no todo está permitido. Hay prendas o estilos que no son adecuados para ir al trabajo como los jeans desgarrados, las blusas con transparencias o las camisetas con mensajes o gráficos llamativos que puedan distraer o incomodar a otros compañeros.

Se trata de encontrar un balance entre tu estilo personal y cierto grado de sobriedad. ¡Sigue estos consejos y acertarás!