Al finalizar el verano es normal notar el cutis más seco, apagado y sin brillo. El sol es el principal responsable del envejecimiento prematuro de la piel, pero no es el único factor causante de su deterioro; la sequedad ambiental, el cloro de las piscinas o el salitre del mar también contribuyen a su deshidratación progresiva. No es nada inusual que a la vuelta de vacaciones todos los problemas dermatológicos (manchas cutáneas, acné, líneas de expresión) empeoren y comencemos a pensar en hacernos algún tratamiento estético para devolver a la piel su frescura y vitalidad.


Peelings: los tratamientos de belleza más demandados al finalizar el verano.

Uno de los tratamientos de belleza más eficaces para combatir las señales del fotoenvejecimiento cutáneo, es el peeling. Esto tiene sentido ya que al eliminar las células dañadas, favorecemos el nacimiento de otras células nuevas no agredidas.

Los peeling también mejoran la oxigenación de la piel y son capaces de difuminar paulatinamente las manchas solares o aquellas provocadas por los cambios hormonales o el acné. Eso sí, debemos ser conscientes de que no son iguales los peeling mecánicos o los peeling químicos de baja concentración que podemos hacernos en casa o en una cabina de belleza que los peeling médicos con altas concentraciones que deben ser efectuados siempre por un dermatólogo en un centro de estética. El desconocimiento en el uso de este tipo de sustancias implica riesgos que van desde heridas o quemaduras a marcas permanentes en la piel. Los peelings superficiales de alfahidroxiácidos como por ejemplo el ácido glicólico si se usan en concentraciones seguras (entre el 10% y el 25%) pueden emplearse de forma casera sin riesgos de quemaduras. Si hablamos de concentraciones superiores al 35% nos referimos ya a un peeling médico que debe ser aplicado por un profesional.

Mesoterapia con ácido hialurónico para recuperar la hidratación perdida.

Uno de los aspectos más importantes para cuidar la piel después del verano es beber abundante agua cada día. Sólo con este sencillo gesto ayudarás muchísimo a que los tejidos cutáneos recuperen el nivel de hidratación perdido. El problema es que algunas pieles demasiado frágiles o envejecidas, continúan perdiendo agua a medida que se repone. Aquí es donde entra en juego el ácido hialurónico. Esta sustancia está presente de forma natural en nuestro organismo y en la piel cumple una función muy importante ya que actúa como una especie de esponja, reteniendo el agua. Cuanto más ácido hialurónico tengamos en nuestros tejidos, mayor será el nivel de hidratación.

Existen varias formas de proporcionarle a nuestra piel más ácido hialurónico: mediante la ingesta de suplementos que lo contengan (medida un tanto discutida en la actualidad pues se considera poco eficaz), con el uso de cremas cosméticas (algo bastante útil sobre todo si las cremas tienen una concentración elevada de ácido hialurónico) y, por último, infiltrando la sustancia de forma subcutánea mediante el tratamiento conocido como «mesoterapia facial».

De las tres opciones, la mesoterapia facial ha demostrado ser la más eficaz a la hora de elevar las concentraciones de ácido hialurónico en los tejidos cutáneos, mejorar la elasticidad o alisar las arrugas. Esto se debe a que la capacidad de absorción de la piel a través de los poros es limitada y las cremas cosméticas solamente actúan a nivel de la epidermis pero no son capaces de llegar a los tejidos profundos donde se generan las arrugas o la flacidez.

Además, los tratamientos de mesoterapia facial suelen icorporar otras sustancias como vitaminas y antioxidantes que nos ayudan a luchar contra la acción oxidativa de los radicales libres. El resultado es un cutis luminoso y revitalizado.

Recuerda que tanto los peelings químicos como la mesoterapia facial son tratamientos de belleza que debe aplicar un dermatólogo en un centro de estética. Las características de la piel determinarán el tratamiento indicado en cada caso.