cicatriz cirugía estética


Uno de los motivos por los cuales muchas mujeres no se someterían a una operación de cirugía estética es el mido a quedar «marcadas» por una antiestética cicatriz.

El cirujano plástico siempre trata de situar la cicatriz en el sitio menos visible del cuerpo de la paciente, realizando una cirugía precisa y correcta (por ejemplo, para hacer un lifting la incisión se efectúa detrás de las orejas y en el cuero cabelludo). Pero no siempre es posible hacer que una cicatriz pase desapercibida. Dependiendo del tipo de cirugía de la que estemos hablando, la cicatriz puede quedar a la vista y, por último, aunque se encuentre oculta bajo las prendas, la persona cuando se desnuda puede notar su presencia causándole complejos y malestar.

Cuando la cicatriz de una operación va a quedar bastante visible, el cirujano suele advertirlo a su paciente y darle también una serie de consejos para mejorar la cicatrización. Muchos cirujanos afirman que ellos hacen la sutura y la paciente hace la cicatriz. No todas las personas cicatrizan por igual y en ello influyen factores endógenos y exógenos. Algunos de ellos son:

• La sutura realizada por el cirujano.
• Cuidados postoperatorios.
• Factores genéticos.
• La asepsia en la zona.
• La troficidad.
• Capacidad de regeneración de los tejidos.
• Lugar donde está ubicada la cicatriz.

Cuando el proceso de cicatrización ha finalizado correctamente, la cicatriz se vuelve blanca, indolora y sin rugosidades. Dependiendo de la parte del cuerpo donde se encuentre, puede ser casi imperceptible. La cicatrización puede durar varios meses dependiendo del espesor de los tejidos pero los diez primeros días son de especial importancia porque en esta etapa, se produce la unión de las capas internas de la piel. La inflamación dura aproximadamente veinte días y durante este período la cicatriz se ve más roja y más ancha. A partir de los dos meses, se reduce la inflamación pero la cicatrización completa durará un año o más, dependiendo de las características del paciente, de sus hábitos de vida y de los cuidados que se le hayan dispensado a la cicatriz en los dos primeros meses.

En esta etapa inicial, debemos ser especialmente cuidadosas con:

  • La higiene, para evitar que la herida se infecte dificultando la cicatrización.
  • Fumar. Porque el tabaco dificulta la microcirculación celular y la llegada de nutrientes necesarios para una buena cicatrización.
  • La alimentación. Es necesario ingerir una dosis adecuada de proteínas y también de vitaminas A, C y E.
  • Tensión en la herida. Si llevamos ropa tirante, es posible que la cicatrización empeore porque los tejidos no llegan a unirse correctamente.

Algunos de estos consejos y otros más puedes leerlos en nuestro artículo «Cómo cuidar las cicatrices».

A partir del segundo mes de la intervención, es aconsejable realizar masajes localizados con el fin de favorecer la circulación en la zona y con ello la llegada de nutrientes y la eliminación de toxinas. Algunos de estos masajes los puedes realizar tú misma en casa. Consisten en movilizar los tejidos enrollando suavemente la piel o pellizcándola. De este modo mejoramos la elasticidad y evitamos que se produzcan adherencias de tejidos subyacentes. Las técnicas del masaje varían en función de la zona donde se haya realizado la sutura por lo que siempre deben seguir las indicaciones de tu cirujano plástico.

Otra variedad de masaje profesional que se utiliza para disminuir el edema y reducir la tensión de la cicatriz es el drenaje linfático manual. Puede realizarse por ultrasonidos (con un cabezal de 3 MHz) y las sesiones durarán de 1-3 minutos dependiendo de la extensión de la cicatriz. También pueden movilizarse los tejidos empleando el sistema LPG que consiste en un mecanismo de rodillos y cánulas que «aspiran» desde dentro hacia fuera para liberar las adherencias y mejorar la flexibilidad.

A fin de favorecer la reabsorción del edema, el drenaje linfático debe realizarse solamente alrededor de la cicatriz desde el quinto día hasta el los veinte días aproximadamente. Cuando el edema es absorbido completamente, se reducen las posibilidades de infección. A partir del segundo mes recurriremos a las técnicas de masaje manual (fricciones, pinzado rodado) que provoquen hiperemia. En esta etapa se consolida la unión de las capas más superficiales de la piel. Podemos aplicar aceite de rosa mosqueta para nutrir la epidermis en profundidad y conseguir que la cicatriz tome un mejor aspecto.

A pesar de estos cuidados, el proceso de cicatrización puede entorpecerse y dar lugar a cicatrices hipertróficas, adherencias o cicatrices queloides que pueden ser dolorosas y requerir de tratamiento médico complementario por lo cual, te aconsejamos que no bajes la guardia con este tema porque las cicatrices no solo son un problema estético sino también médico y funcional. Si notas dolor excesivo, tirantez, si la cicatriz toma un color anormal o se infecta, no te automediques ni busques la solución en un centro de estética sino en un especialista en dermatología.