aprovechar rímmel o máscara de pestañas

¿Quién no se ha quedado alguna vez a medias a la hora de aplicarse la máscara de pestañas? Te colocas el rímmel en uno de tus ojos y cuando vas a repetir la operación en el otro, descubres que el producto se ha agotado… Si no quieres que te suceda de nuevo, apúntate estos sencillos tips y sabrás cómo salir del paso y además, aprenderás a rentabilizar al máximo tu máscara de pestañas.


No guardes los frascos eternamente

Los cosméticos incorporan químicos preservantes cuya función es mantener el producto en buenas condiciones. Una máscara de pestañas sin abrir dura aproximadamente un año pero una vez abierta, al contacto con el aire y las bacterias comienza a corromperse por lo que, si ya has comenzado a usarla no te durará más de tres o cuatro meses.

Cierra bien el envase

Si no lo haces, el producto se secará en seguida. Tampoco es recomendable meter y sacar el aplicador repetidas veces para impregnar el cepillo ya que de ese modo entrará aire en el envase; la forma correcta de hacerlo es girar poco a poco el aplicador hasta llegar al fondo y sacarlo a continuación.

Si tus pestañas son finas y necesitas dos aplicaciones

Para ganar en volumen, cepilla la primera vez tus pestañas de la raíz a las puntas y, la segunda vez, aplica el producto solamente en las puntas… de este modo ahorrarás producto.

Si tu rímmel está seco y te has quedado a medias

Nunca le eches agua para aligerarlo porque se estropeará. En lugar de eso, cierra bien el frasco y caliéntalo unos segundos al baño maría o bien agrega una gotita de aceite para bebés y verás cómo se ablanda.

Para más información sobre este tema, os recomendamos leer nuestro artículo «Los secretos de la máscara de pestañas».