Una de las variaciones más efectivas de la sentadilla, es la llamada «sentadilla profunda». Consiste, básicamente, en romper la línea paralela entre las rodillas y la cadera para trabajar ciertas secciones musculares en profundidad.


Se ha demostrado que las sentadillas profundas resultan muy efectivas a la hora de trabajar la zona del glúteo ya que requieren de una sobrecarga de fuerza mayor sobre estos músculos. Sin embargo también es cierto que muchas veces su ejecución resulta mucho más complicada que la de la sentadilla convencional. Esto se debe principalmente a la falta de flexibilidad que nos impide echar hacia delante las rodillas para dejar caer el glúteo.

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Los estiramientos y los ejercicios de flexibilidad son muy importantes para mejorar nuestras sentadillas increíblemente.

Combinar la sentadilla con otros ejercicios de pierna como la zancada o la patada de burro, nos ayudará a ganar poco a poco flexibilidad y estabilidad, evitando así los desequilibrios musculares, ya que actúan fortaleciendo los músculos que intervienen en la parte inferior de la sentadilla.