El cáncer de mama es un tipo de tumor que se origina en el tejido mamario. Según indica la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) en su informe anual “Las cifras del cáncer en España” (2023) representa el 30% de los cánceres diagnosticados en mujeres, aunque también puede afectar a los hombres (menos del 1% de los casos).

¿Se puede prevenir el cáncer de mama?

Por desgracia el cáncer de mama no se puede prevenir, aunque es posible minimizar los factores de riesgo asociados al estilo de vida: dejar de fumar, evitar el alcohol y alimentarse de manera saludable.

En algunos casos existe una predisposición genética que se detecta en alteraciones de los genes BRCA1 y BRCA2. Sin embargo, muchas mujeres que desarrollan la enfermedad no tienen antecedentes familiares ni mutaciones genéticas.

Los expertos coinciden en señalar la edad como el mayor factor de riesgo. La mayoría de las pacientes con cáncer de mama tienen entre 45 y 65 años, coincidiendo con los cambios hormonales de la menopausia.

La importancia de la detección precoz.

Según el informe de SEOM, una de cada ocho mujeres desarrollará cáncer de mama en algún momento de su vida.

A pesar de su elevada incidencia, este tipo cáncer tiene una de las tasas de mortalidad más bajas. En España el índice de supervivencia a los 5 años es del 82,8% y del 99% cuando se diagnostica en su etapa inicial y el tumor está localizado en el seno.

Para detectar el cáncer de mama de forma temprana es vital acudir a las revisiones ginecológicas anuales. A partir de los 45 años es importante realizarse periódicamente pruebas de diagnóstico por imagen (mamografía, ecografía, resonancia magnética, etc.)

Aún así, no todos los cánceres se manifiestan como una protuberancia o bulto en el pecho. Por ejemplo, existe un tipo de cáncer de mama llamado inflamatorio que tiene un curso clínico más agresivo y no se detecta por la presencia de masas sino por una hinchazón generalizada, enrojecimiento de la piel y aumento de la temperatura local.

Por esta razón, debemos practicar autoexploraciones regulares en los senos y aprender a reconocer todas las señales tempranas del cáncer de mama.

Hoyuelos en la piel

Las células cancerosas pueden provocar la acumulación de líquido linfático bajo la piel, que presenta una apariencia rugosa similar a la celulitis.

Retracción o hundimiento del pezón

Es una señal muy sospechosa. Suele ocurrir cuando el tumor está en el centro de la mama.

Secreción del pezón en mujeres que no están amamantando

Aunque puede deberse a una infección o a un efecto secundario de la píldora anticonceptiva no debemos pasar por alto esta señal, especialmente líquido es espeso o maloliente.

Inflamación de los ganglios linfáticos

Los ganglios linfáticos forman parte del sistema inmunitario y protegen al organismo frente a amenazas dañinas como virus, bacterias o células tumorales. Se encuentran en la zona de la axila y cuando se inflaman por cualquier circunstancia suelen ser sensibles al tacto.

Cambios en la textura de la piel

Puede volverse extremadamente seca y escamosa, aunque estos cambios también pueden ocurrir como consecuencia de una dermatitis o eccema.

Abultamientos

La mayoría son benignos, pero es mejor visitar al médico para determinar la causa sobre todo si aumentan de tamaño.

Dolor

En sus etapas iniciales el cáncer de mama no suele doler, pero en fases más avanzadas los senos se vuelven sensibles al tacto.

Piel amoratada

Puede ocurrir como consecuencia de un golpe o trauma, pero si no hay ninguna justificación evidente hay que acudir al médico.

Pérdida de peso

Podría estar provocada por la ansiedad o la falta de apetito, pero si bajas más de cinco kilos sin motivo aparente podría existir un problema de salud.

Recuerda que presentar alguno de estos síntomas no significa necesariamente que tengas cáncer, pero te sentirás más tranquila al descartar esa posibilidad.