Al practicar deporte durante un tiempo casi siempre observamos cambios en nuestro cuerpo, sobre todo en lo que respecta a la cantidad de grasa y músculo. Pero ¿qué podemos decir de nuestras articulaciones? Mantenerlas en buenas condiciones es de vital importancia ya que intervienen en todos los movimientos que realizamos a lo largo del día.

articulaciones


Con el paso del tiempo las articulaciones sufren desgaste y esto se traduce en «dolor articular». Normalmente asociamos este tipo de molestias a la tercera edad, pero lo cierto es que cada vez más personas jóvenes, sobre todo deportistas experimentan dolores articulares. Esto se debe a que las rutinas de ejercicios intensos y mal diseñadas (sin los períodos necesarios de descanso y recuperación) contribuyen a un desgaste prematuro de las articulaciones.

Hoy os hablaremos sobre este tema pero antes intetaremos aclarar otras cuestiones

¿Qué son las articulaciones?

Las articulaciones son uniones entre dos o más huesos. Su función es la de permitir el movimiento del cuerpo.

A su vez las articulaciones están formadas por varias estructuras vecinas:

  • Cápsula articular: es la membrana que recubre y protege la articulación.
  • Líquido sinovial: está dentro de las cápsulas articulares y ayuda a nutrir el cartílago y a prevenir el roce entre los huesos.
  • Ligamentos: se sitúan fuera de la articulación y limitan el movimiento para que no se produzcan elongaciones excesivas.
  • Músculos: se sitúan por encima de las articulaciones y proporcionan resistencia para impedir que estas se dañen al cargar con pesos considerables.

Tenemos cientos de articulaciones en el cuerpo, desde las uniones de los huesos del cráneo al codo, la muñeca, la cadera, la rodilla o el tobillo. Están siempre en movimiento y por lo general es una de las partes del cuerpo que antes se resiente cuando no llevamos una vida saludable.

El ejercicio y las articulaciones

La actividad física es muy importante para mantener la salud de nuestras articulaciones.

Una vida sedentaria ocasiona pérdida de tono muscular. Los músculos soportan el peso del cuerpo, garantizan una buena postura y estabilidad. Además están implicados en todos los movimientos de fuerza y resistencia. Si los músculos están débiles, toda la carga recae sobre la cápsula articular provocando su desgaste.

Pero, si bien la falta de ejercicio es perjudicial, una rutina mal enfocada también puede resultar nefasta. Realizar ejercicios de alta intensidad sin los períodos de descanso necesarios para la recuperación muscular, terminará dañando todas las estructuras que rodean a las articulaciones. Por esto es tan importante contar con el asesoramiento de un preparador físico del deporte.

Muchas veces pasamos por alto detalles que nos parecen prescindibles pero que en realidad son de vital importancia. El calentamiento por ejemplo envía irrigación sanguínea hacia los músculos preparándolos para el ejercicio. De esta forma la mayor carga de intensidad se realiza en base a la masa muscular, sin que tengan que soportarla los ligamentos u otros tejidos blandos.

La importancia de los alimentos

Una dieta equilibrada será tu mejor aliada para mantener tus articulaciones en forma.

Evitar el sobrepeso es un factor clave, ya que los kilos de más sobrecargan las articulaciones provocando su desgaste, sobre todo en rodillas, espalda y tobillos.

También debemos consumir alimentos ricos en calcio para mantener la densidad de los huesos.

Las vitaminas A y C te ayudarán a regenerar tejidos dañados. Frutas como las cerezas o la piña son fantásticas para cuidar la salud de las articulaciones.

Con todo, debes tener en cuenta que existe un desgaste inevitable provocado por la edad. En mayor o menor medida, todas sufrimos una pérdida de calcio progresiva en los huesos a medida que nos hacemos mayores. Por lo tanto, cuanto más avanzada sea nuestra edad, más debemos cuidarnos y apostar por una dieta sana y nutritiva.

El frío y las articulaciones

artrosis

Con la llegada del frío es normal que las articulaciones se resientan. La bajada de la presión atmosférica hace que músculos y tendones se contraigan y se pongan rígidos.

Las personas con problemas articulares como artritis o artrosis son más propensas a sufrir dolor. Algunos estudios relacionan el frío y las bajas temperaturas con el apelmazamiento del líquido sinovial cuya función es evitar la excesiva fricción entre los huesos y las articulaciones. Por este motivo es natural que en invierno nos duela más la espalda, las rodillas o los hombros.

Como te explicamos en los apartados anteriores, el descanso y el ejercicio moderado son tu mejor baza para sentirte mejor.

Además de estos hábitos, puedes ayudar a tus articulaciones tomando algún suplemento nutricional con calcio y colágeno (especialmente recomendable para deportistas o personas de edad avanzada). El colágeno protege el líquido sinovial, contribuye a prevenir calambres y contracturas y reduce los síntomas de fatiga del cuerpo.

Si haces ejercicio al aire libre o sales a la calle con frecuencia en días lluviosos, abrígate bien para evitar que los músculos se contraigan ante la sensación de frío.

Otros consejos para cuidar tus articulaciones

  • Si bien el descanso es fundamental, no lo es menos dormir en la postura correcta. Escoge una almohada que no sea muy alta y adopta la postura de lado, con las rodillas dobladas.
  • Procura minimizar en lo posible los movimientos repetitivos ya que son los que conllevan mayor desgaste de las articulaciones.
  • Si notas que las articulaciones crujen, sientes dolor o cualquier otro síntoma importante, no dudes en consultar con tu médico que te derivará al traumatólogo o reumatólogo si fuera necesario.