Un viejo refrán dice: «Desayuna como un Rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo». Y es que desayunar es un hábito que condiciona nuestro estado físico y psicológico. Se trata de la primera ingesta de comida que realizamos después de ocho o diez horas de ayuno, y por eso es la más importante del día.
Beneficios de desayunar bien:
- Contribuye a una nutrición adecuada en niños y adultos.
- Mejora el rendimiento físico e intelectual.
- Favorece el tránsito intelectual.
- Nos ayuda a mantener el peso ideal.
¿Cómo sería un buen desayuno?
El desayuno debe aportarnos entre un 20% y un 25% de las calorías que consumimos diariamente. De esta forma mantenemos el metabolismo activo a lo largo del día.
Además, un desayuno equilibrado debería aportarnos gran cantidad de nutrientes esenciales:
- Debe incluir alguna bebida (leche o zumo) indispensable para hidratarnos.
- Cereales o panes integrales que nos proveen carbohidratos como fuente de energía, proteínas, vitaminas del grupo B, fibra y minerales.
- Frutas que nos aportan agua, carbohidratos, vitaminas A y C, minerales y fibra.
- También son recomendables los lácteos descremados, fuente de proteínas de alto valor biológico, calcio, fósforo y vitamina D.
El desayuno ideal según Harvard
Según la universidad estadounidense la receta ideal para comenzar bien el día debería incorporar frutas, vegetales, cereales integrales no procesados, proteínas y grasas saludables. Para facilitar su explicación, han ejemplificado su estudio con una receta que consiste en un bol de yogur bajo en grasas y sin azúcar mezclado con fruta congelada (con predominio de los frutos rojos) y nueces.
¿Te unes al reto de los desayunos saludables?