¿Vas al gimnasio por la mañana o practicas algún tipo de deporte al empezar el día? Si es así, debes dedicarte un tiempo a ti misma para preparar un buen desayuno antes de comenzar tu rutina.


Desayunar bien antes de hacer ejercicio te ayudará a evitar mareos antes y después del entrenamiento. También es importante para mantener las reservas de energía necesarias, ya que mientras dormimos nuestro metabolismo sigue activo y es posible que ya hayamos consumido el aporte energético de la última comida del día anterior, sobre todo si cenamos temprano.

Mejora tu rendimiento con un buen desayuno.

En un estudio publicado en el «Journal of Applied Physiology» en 1998, los investigadores encontraron que el consumo de una comida 45 minutos antes de practicar ejercicio de intensidad moderada mejora significativamente la capacidad de ejercicio. Comer antes de hacer ejercicio puede aumentar tu energía y te permite trabajar con más intensidad durante períodos de tiempo más largos.

¿Qué desayunar antes de ir al gimnasio por la mañana?

En general, la American Dietetic Association (ADA) recomienda comer alimentos ricos en hidratos de carbono, con cantidades moderadas de proteína que se puedan digerir fácilmente.

Un desayuno equilibrado antes de ir al gimnasio por la mañana, podría estar entre las 100 y las 400 kcal. dependiendo del tipo de entrenamiento, duración e intensidad del mismo.

Si te gustan los desayunos fríos, puedes tomar por ejemplo media taza de cereales con leche descremada o yogur bajo en grasa con fruta. Si prefieres un desayuno caliente, prueba con una rebanada de pan integral tostado con mantequilla de cacahuete y rodajas de plátano ó 2/3 taza de harina de avena con bayas.

Idealmente, la ADA recomienda comer dos horas antes de hacer ejercicio ya que este es el tiempo necesario para que las reservas de glucógeno se encuentren ya disponibles en nuestro hígado.

Trata de beber también suficiente cantidad de líquido, ya que tu cuerpo puede estar parcialmente deshidratado por no haber consumido ningún líquido durante toda la noche, y asegúrate de seguir bebiendo agua a lo largo de tu entrenamiento.

Si vas a practicar una actividad muy intensa y de tipo cardiovascular (clases de spinning, cinta de correr, etc.) puedes sustituir el agua por una bebida deportiva para prevenir la deshidratación a través del sudor.