En otoño regresamos a nuestras rutinas, los adultos volvemos al trabajo y los más pequeños a la escuela. Todo nuestro organismo debe reactivar la maquinaria y esto demanda un gran aporte de energía. Por eso ahora es más importante que nunca consumir más alimentos frescos y de temporada, ricos en nutrientes indispensables para una buena salud como pueden ser los hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas y minerales (con especial atención a estos últimos ya que el estrés puede influir en su pérdida).


¿Por qué la dieta mediterránea es ideal en otoño?

En ocasiones, al hablar de dieta mediterránea nos vienen a la memoria las idílicas imágenes del verano, con los colores vivos de las frutas y las hortalizas, la playa y el sol. Pero la dieta mediterránea no se acaba ahí y a pesar del frío, podemos seguir disfrutando de otros productos típicos de la temporada que cubren ampliamente las necesidades de nuestro organismo.

El otoño es época de volver a disfrutar de las legumbres, de los cereales integrales y de completar nuestros menús con uno de los productos más típicos de la estación: las setas, que también forman parte de la dieta mediterránea y proporcionan un sabor diferente a nuestros platos.

No podemos olvidarnos además de los frutos secos, cultivados en todos los países de la cuenca del Mediterráneo. Almendras, nueces. avellanas y castañas que son una buena fuente de energía y nutrientes, muy valoradas por los senderistas y aficcionados al deporte.

En cuanto a las verduras y hortalizas, tenemos la acelga, el brócoli y todo tipo de coles que nos proporcionan vitaminas, minerales y fibra indispensable para el buen funcionamiento del intestino. Alíñalas con un buen chorro de aceite de oliva virgen, el tesoro de la dieta mediterránea.

Y para completar este apartado, tenemos que mencionar las frutas, en especial aquellas que nos aportan cantidades importantes de vitamina C como pueden ser las naranjas, mandarinas, kiwis o limones, ya que fortalecen las defensas de nuestro sistema inmunológico frente a resfriados e infecciones.

A tener en cuenta:

  • Debemos seguir una alimentación variada y saludable durante todo el año con el fin de evitar carencias nutricionales.
  • El ejercicio físico optimiza el buen funcionamiento de nuestro sistema inmunológico y prepara nuestro cuerpo para la llegada del invierno; de modo que aparte de cuidar la dieta sería muy aconsejable practicar algún deporte.
  • La dieta mediterránea es un modelo alimentario saludable pero no excluye el uso suplementos (vitaminas o minerales) cuando el organismo los necesita.