Los casos de cáncer de piel van en aumento en todo el planeta. Solamente en España la Asociación Española de Oncología Médica prevé que en 2023 serán diagnosticados 8.000 nuevos pacientes.
Hasta el momento la manifestación más peligrosa del cáncer de piel era el melanoma, un tipo de tumor que se origina en las células llamadas melanocitos, responsables de producir el pigmento de la melanina.
El factor principal de riesgo en el desarrollo del melanoma es la exposición excesiva al sol sin las medidas de fotoprotección adecuadas. Otros factores que pueden influir son las quemaduras solares durante la infancia (no olvidemos que el daño solar es acumulativo) y el hecho de tener la piel clara o con gran cantidad de lunares.
Muchos dermatólogos opinan que el aumento de los casos diagnosticados se debe en buena medida a que hoy en día la población está más concienciada y acude a la consulta del especialista al percatarse de algún tipo de lesión en la piel.
El cáncer de piel no melanoma estaría provocando más muertes.
A pesar de que el melanoma es la forma más grave de cáncer de piel tiene un buen pronóstico cuando se diagnostica en etapas tempranas (más del 90% de los casos responden bien a los tratamientos).
La cirugía es el tratamiento de elección en los estadios iniciales de la enfermedad. En este caso, el cirujano extirpará el tumor y una cantidad adicional de tejido circundante. La inmunoterapia y las terapias dirigidas también suelen dar buenos resultados frente a determinados tipos de melanoma que presentan mutaciones específicas. La inmunoterapia se basa en estimular el sistema inmunológico del paciente, mediante la administración de ciertos fármacos que refuerzan las defensas del cuerpo contra el cáncer.
Está claro que la información y las campañas de concienciación están dando buenos resultados en la prevención del melanoma. Si bien los casos van en aumento, también lo hacen los diagnósticos precoces y la cantidad de tratamientos disponibles, por lo que podríamos decir que hay margen para la esperanza.
Sin embargo, no debemos pecar de ser demasiado complacientes. La Academia Europea de Dermatología y Venerología (EADV) ha presentado un informe en su Congreso 2023 sobre la gran peligrosidad que supone cáncer de piel no melanoma ya que, aunque en términos relativos tiene una letalidad inferior a la del melanoma, está causando un mayor número de muertes en todo el mundo.
Un tipo de cáncer de piel infradiagnosticado.
Los investigadores denuncian que no se está informando lo suficiente a la población sobre este tipo de cáncer y, en consecuencia, su prevalencia es mayor.
«Aunque este cáncer tiene menos probabilidades de ser mortal que el melanoma, su prevalencia es sorprendentemente mayor. En 2020, representó el 78 % de todos los casos de cáncer de piel, lo que provocó más de 63.700 muertes. Sin embargo, el melanoma causó unas 57.000 muertes en el mismo año. Por lo tanto, la incidencia significativamente mayor del cáncer de piel no melanoma ha llevado a un impacto general más sustancial» – comenta Thierry Passeron, autor principal del estudio.
La investigación que utilizó datos obtenidos del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la OMS, encontró una gran incidencia de casos de cáncer de piel no melanoma en individuos de piel clara y edad avanzada de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia, Australia e Italia. La población occidental está envejeciendo, y la edad es un factor de riesgo en el desarrollo de este tipo de neoplasias. Sin embargo, incluso en los países con poblaciones jóvenes y fototipos oscuros, el cáncer de piel se cobra la vida de muchas personas como demostraron las 11.281 muertes registradas en África durante el año 2020.
Además, los investigadores señalan algunos grupos de población específicos con un riesgo alto: receptores de trasplantes de órganos, personas que trabajan al aire libre o pacientes diagnosticados de xeroderma pigmentoso, una enfermedad cutánea que provoca fotosensibilidad extrema.
Passeron concluye que es necesario desarrollar campañas de concienciación que eduquen a la población general (y especialmente a los grupos de riesgo) sobre la amenaza de este tipo de cáncer de piel. «Tenemos que difundir el mensaje de que no sólo el melanoma puede ser mortal, sino también el cáncer de piel no melanoma» – señala. La detección temprana y la atención médica oportuna son esenciales para mejorar las perspectivas de tratamiento y la supervivencia.
Señales de cáncer de piel no melanoma:
- Cambios en la textura de la piel que se vuelve áspera y escamosa y comienza a sangrar.
- Formación de úlceras o heridas que no cicatrizan.
- Costras recurrentes
- Nódulos o bultos que suelen ser dolorosos y sensibles al tacto
- Picor persistente
- Piel enrojecida en las zonas expuestas al sol
Si notas alguno de estos cambios en tu piel, acude a tu centro de salud para un diagnóstico más detallado.