¿Te sientes algo hinchada últimamente y quieres bajar un par de kilos para poder volver a ponerte la ropa que más te gusta? En tu cocina tienes a un poderoso aliado para conseguir tu objetivo: el tomate.


Propiedades nutricionales del tomate

  • Los tomates son ricos en vitaminas A, B, C y K. Contienen, además, gran cantidad de minerales como el hierro, fósforo, calcio, zinc, sodio, cobre, potasio y magnesio.
  • Estudios recientes atribuyen al tomate propiedades anticancerígenas.
  • Es un maravilloso antioxidante natural. Ayuda a eliminar toxinas, anulando la sobrecarga de radicales libres en nuestro organismo y retrasando así el envejecimiento celular.

La dieta del tomate

Podemos aprovecharnos de las virtudes del tomate de muchas maneras, aunque lo más recomendable es consumirlo crudo con un poco de sal y aceite de oliva como aderezo y, tal vez, algunas hierbas aromáticas como la menta o el romero.

La dieta del tomate está incluida dentro del conjunto de dietas llamadas «disociadas». No debe seguirse tampoco durante demasiado tiempo (unos tres días serán suficientes para cumplir nuestra meta de bajar un par de kilos y limpiar de toxinas nuestro organismo).

Está contraindicada para diabéticos, personas con anemia o enfermedades del sistema inmunológico.

Durante los días que sigas este régimen, es aconsejable beber al menos dos litros de agua diariamente para mantenerte hidratada ya que el tomate es diurético y hace que perdamos más líquidos de lo habitual.

El momento ideal para seguirla es durante el verano porque en esta época la fruta ha madurado y es más rica en nutrientes.

Trata de adquirir los tomates en una frutería de confianza ya que en muchos supermercados y centros comerciales, se venden alimentos transgénicos cuyos efectos pueden no ser seguros para salud a largo plazo.

Organizaremos nuestra dieta de la siguiente manera:

  • En ayunas: zumo de tomate recién exprimido. Mezcla en una licuadora o juguera: un tomate, dos vasos de agua mineral, medio limón con cáscara, una zanahoria y cinco hojas de menta. Tómatelo inmediatamente después de licuarlo para evitar que se oxide y pierda sus vitaminas.
  • Desayuno: dos tomates escaldados y pelados.
  • Almuerzo: ensalada de tomate (tres tomates, un cebollino picado, aceite, sal y hierbas aromáticas). Puedes sustituirla también por una ensalada verde con tomates o bien por una ensada de pasta integral con tomates, pepino, vegetales y zanahoria rallada y aderezada con un poquito de aceite de oliva y un chorrito de limón.
  • Merienda: zumo de tomate recién exprimido.
  • Cena: tomates al horno y un filete pequeño de ternera a la plancha o bien, una ensalada de tomate con tortilla francesa de un huevo y yogurt descremado.

La dieta del tomate es bastante estricta y no debe mantenerse más tiempo del indicado con anterioridad. Otra modalidad consiste en la llamada «dieta de la sopa de tomate«.

Para preparar la sopa, hay que hervir en un puchero: 3 cebollas, un pimiento verde, un ramillete de apio y la mitad de un repollo. Una vez que esté bien cocido, agrega dos latas grandes de tomate, sal y pimienta. Pasa todo por la batidora y ¡la sopa de tomate estará lista!

Debemos consumirla diariamente hasta un total de 7 días (apenas tiene calorías). El primer día, desintoxicaremos nuestro organismo y solamente tomaremos la sopa en el almuerzo y la cena acompañándola de frutas, yogurt descremado, té sin azúcar y café durante el desayuno y las meriendas. Al  segundo y tercer día, continuaremos con la sopa y las frutas pero iremos incorporando además algunas verduras a nuestras comidas. El cuarto, quinto, sexto y séptimo día, tomaremos la sopa de tomate acompañada de carne de pollo, vacuno o arroz integral. Debemos evitar la ingesta de refrescos y bollería industrial mientras dure nuestro plan. Con la dieta de la sopa de tomate es posible perder de 4 a 7 kilos en una semana.