Cuando vamos a comprar un perfume casi siempre lo elegimos teniendo en cuenta la ocasión, nuestro gusto personal y la época del año en la que nos encontramos. Todos estos factores son muy importantes, pero deberías sumar uno más: tu tipo de piel.

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En efecto, el PH de nuestra epidermis en combinación con la fórmula del perfume puede alterar las notas de una fragancia. Es por este motivo que un mismo perfume no huele de igual forma en todas las personas. Es algo realmente curioso pero a la vez agradable y único, que convierte su aroma en algo que nos identifica, dándole un «alma al perfume».

Obviamente debemos sentirnos a gusto con nuestra compra y elegir el perfume que más nos emocione. Con todo, los perfumistas nos dan algunas pautas para hacer la mejor elección posible en base a nuestro tipo de piel:

  • Pieles grasas: retienen durante más horas el perfume. Si tienes este tipo de piel opta por aromas suaves y ligeros, con notas florales y cítricas. Evita en cambio aquellos que contengan almizcle.
  • Piel seca: el olor del perfume se disipa rápidamente. Elige fragancias con notas fuertes, amaderadas o florales. Trata de no caer en la trampa de retocar tu perfume varias veces al día, ya que su contenido en alcohol hará que tu epidermis se reseque aún más.
  • Piel sensible: utiliza fragancias naturales y libres de alcohol. Si un perfume te produce irritación, prueba a sustituirlo por aceites esenciales (recuerda que hay que diluirlos, no se pueden aplicar directamente sobre la piel).

¿Te han gustado nuestros consejos de hoy? Si quieres saber más cosas interesantes sobre los perfumes te recomendamos leer nuestro artículo «10 tips para aplicarse el perfume y prolongar sus efectos».