Cuando una mujer recibe el diagnóstico de “embarazo de alto riesgo”, es común que surjan preocupaciones, temores e incertidumbre. Sin embargo, gracias a los avances en la medicina materno-fetal, hoy en día es posible detectar, monitorear y controlar muchas de estas condiciones desde las primeras semanas de gestación, aumentando significativamente las probabilidades de un embarazo saludable y un parto exitoso.

El Dr. Andrés Murillo, especialista en medicina materno-fetal y diagnóstico prenatal, explica qué es un embarazo de alto riesgo y cómo actuar desde el principio puede marcar la diferencia.

¿Qué es un embarazo de alto riesgo?

Un embarazo se considera de alto riesgo cuando existen condiciones que pueden afectar la salud de la madre, del bebé o de ambos. Estas condiciones pueden estar presentes antes del embarazo (como enfermedades crónicas), aparecer durante la gestación (como preeclampsia o diabetes gestacional), o estar relacionadas con factores obstétricos previos (como antecedentes de partos prematuros o pérdidas gestacionales).

Algunos factores comunes incluyen:

– Edad materna menor de 18 o mayor de 35 años
– Embarazos múltiples (gemelos o más)
– Malformaciones fetales detectadas por ultrasonido
– Enfermedades como hipertensión, diabetes, lupus o problemas tiroideos
– Antecedentes de cirugías uterinas o cesáreas previas

Detección oportuna y seguimiento personalizado

El Dr. Murillo señala que lo más importante en estos casos es la vigilancia estrecha y especializada desde el inicio del embarazo. La primera etapa del control incluye estudios como:

– Ecografía del primer trimestre, para valorar el desarrollo inicial del bebé
– Tamizaje combinado, que evalúa el riesgo de cromosomopatías
– Evaluación del flujo sanguíneo uterino mediante Doppler
– Estudios de laboratorio maternos

“Cada embarazo es único. Cuando detectamos factores de riesgo desde las primeras semanas, podemos anticiparnos a muchas complicaciones, establecer un protocolo de vigilancia y, en algunos casos, iniciar tratamientos preventivos que salvan vidas”, afirma el Dr. Murillo.

Tecnología y experiencia al servicio de las madres

Hoy en día, gracias a la ecografía de alta resolución y la medicina fetal avanzada, es posible evaluar el estado del bebé en tiempo real y tomar decisiones junto con los padres.

El seguimiento continuo permite adaptar el plan de control en cada etapa del embarazo, programar intervenciones médicas si es necesario y preparar al equipo neonatal para recibir al bebé en condiciones óptimas.

Conclusión

Un embarazo de alto riesgo no es sinónimo de mal pronóstico. Con el acompañamiento de un especialista como el Dr. Andrés Murillo, y gracias a la tecnología médica disponible, es posible proteger la salud del bebé y de la madre desde el inicio.

La detección temprana, el seguimiento personalizado y la experiencia médica adecuada hacen toda la diferencia. Si estás embarazada y tienes factores de riesgo, no estás sola: existen soluciones y profesionales capacitados para guiarte paso a paso.