La región de Persia, hoy conocida como Irán, ha sido poblada por multitud de culturas diferentes. Gran parte de su territorio, encerrado entre los ríos Éufrates y Tigris, es una mesopotamia; una zona cálida que se encuentra entre los lugares más fértiles del planeta. Esta región es el lugar de origen de un importante imperio que ha sido reconocida por muchos historiadores como cuna de la civilización.
A principios del siglo XI, Avicena, científico, filósofo y uno de los médicos más importantes de la Antigüedad, publicó su popular “Canon de Medicina”, obra que contiene una impresionante recopilación de técnicas, modos de aplicación y especificaciones muy concretas acerca de los masajes y de su valor terapéutico. Los preceptos en los que se basó provenían de fuentes muy diversas: desde la Grecia Clásica de Galeno hasta la remota China, pasando, cómo no, por la medicina ayurvédica de la India.
El masaje tradicional persa se aplica en los baños de vapor, o hamam y busca acceder a los problemas a tratar a través de la relajación, el contacto físico, la sensualidad, y un profundo conocimiento de la psique del paciente. Durante la edad media, debido a la moral religiosa imperante que rechazaba el cuerpo como ente material y opuesto a la espiritualidad que se pretendía promover, este tipo de masaje que había tenido amplia difusión en Europa cayó en desuso; sin embargo, en los hamam, se siguió aplicando hasta el día de hoy y, afortunadamente, aún se conservan sus técnicas.
¿Qué necesitamos? Materiales
La mayor parte del masaje persa se aplica con las palmas de las manos y las yemas de los dedos, ejerciendo presiones fuertes a lo largo de toda la masa muscular. También se utiliza el vapor y toallas humedecidas en agua caliente jabonosa que actúan, en cierta forma, como lubricante y que, a su vez, propician la relajación de los músculos. En este tradicional masaje es especialmente empleado el aceite esencial de limón de Persia; un producto que se elabora en la zona.
Beneficios del masaje persa
Según Avicena, la salud y el bienestar no deben provenir del terapeuta sino del estado anímico del paciente sumado a sus condiciones externas. Por ello, para este médico, el objetivo del masaje es propiciar el estado anímico adecuado y favorecer la construcción de condiciones favorables en lo que respecta a higiene, bienestar, orden y relajación.
Uno de los beneficiosos efectos secundarios del masaje persa es el alivio de las contracturas, la liberación tensiones y la inducción a un estado de sosiego que puede llegar a la somnolencia. Por todo ello, es especialmente recomendable para los casos de estrés, insomnio o ansiedad.