azúcar moreno o blanco


El azúcar es uno de los productos más empleados en la industria alimentaria ya que no sólo sirve para darle un sabor dulce a nuestros postres; además se utiliza también como conservante en muchos productos procesados.

Sin embargo, como probablemente ya sabes, el azúcar se relaciona con la aparición de enfermedades complejas como la diabetes o el cáncer. En los últimos años, la Organización Mundial de la Salud ha advertido sobre la necesidad de limitar su consumo para reducir la tasa de obesidad.

Muchas personas conscientes de esta realidad y preocupadas por su salud, han comenzado a eliminar el azúcar blanco de su mesa y a sustituirlo por otros endulzantes. Así, se ha extendido la creencia de que el azúcar moreno es una buena alternativa al azúcar blanco y que es mucho más sano que este último. Pero ¿es real esta apreciación?

El azúcar moreno y el azúcar blanco serían prácticamente lo mismo.

El azúcar moreno es un ingrediente que mantiene todas las propiedades del azúcar blanco y su impacto sobre la salud es muy similar. La única diferencia es que presenta un nivel de procesado menor pero esto no repercute en sus propiedades nutritivas, ni en su valor calórico o en el nivel de acidificación al que somete nuestras células.

Por otra parte, la cantidad de fibra que contiene el azúcar moreno es ligeramente superior pero igualmente en cantidades muy despreciables. La respuesta de nuestro páncreas al consumirlo sigue siendo la misma, es decir, un incremento del índice glucémico.

Las trampas de la industria alimentaria

En el mercado podemos encontrar muchas variedades de azúcar que se presentan ante el consumidor como «alternativas saludables»: azúcar moreno, panela, azúcar de coco… Todos presentan azúcar común en su composición como ingrediente mayoritario. Los efectos que producen sobre el organismo son prácticamente idénticos aunque la industria del marketing quiera darnos una perspectiva diferente sobre ellos.

Por lo tanto, lo más recomendable es reducir al máximo el consumo de cualquier tipo de azúcar y sus derivados. Una buena alternativa es recurrir a los edulcorantes naturales como la Stevia , el sirope de Agave (rico en magnesio, calcio y potasio) o la miel natural.