La menopausia es la etapa final de los ciclos menstruales de una mujer. Suele ocurrir con mayor frecuencia a partir de los 45 años y se produce porque los ovarios dejan de fabricar las hormonas de estrógeno y progesterona. Se trata de un proceso que tiene varios ciclos; comienza con la pre-menopausia en la que se presenta un declive en la producción de estrógenos con el consiguiente desajuste hormonal. Cuando el periodo menstrual se ausenta durante un año o más, estamos en la recta final de la menopausia y el cuerpo se adapta a su nueva condición.

Síntomas de la menopausia

La menopausia no es una enfermedad, es una etapa más en la vida de la mujer y los síntomas que produce pueden sobrellevarse con un estilo de vida saludable y las indispensables revisiones ginecológicas.

Algunos de los síntomas más comunes son:

  • Cansancio
  • Sofocos y sudores
  • Menstruaciones irregulares
  • Dificultad para dormir
  • Sequedad vaginal
  • Dolores de cabeza
  • Depresión
  • Caída del cabello o aparición de vello facial

Es momento de cuidarnos un poco más adoptando unos hábitos de vida saludable. No olvidemos que al llegar la menopausia, la pérdida de masa ósea se acelera y aumenta el riesgo de sufrir fracturas. También tenemos más riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares por el aumento de la tensión arterial y del colesterol en sangre.

¿Cómo cuidar nuestra salud durante la menopausia?

Lo más importante es acudir regularmente a las consultas con nuestro ginecólogo. Algunas mujeres con riesgo especial de osteoporosis, pueden seguir una terapia hormonal sustitutiva (THS) si el especialista lo considera oportuno.

Hábitos de vida saludable que debemos adoptar:

  • Hacer ejercicio físico de forma regular. Es la forma más eficaz de mantener el peso ideal y prevenir la pérdida de densidad ósea.
  • Seguir una dieta equilibrada que incluya pescado azul, hortalizas y legumbres. Los alimentos ricos en calcio y vitamina D ayudan a fijar el calcio en los huesos.
  • Dejar de fumar. El tabaco aumenta mucho el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y acelera los procesos de envejecimiento que sufre nuestro cuerpo de forma natural.

¿Cómo pueden ayudarnos las plantas medicinales?

Algunas plantas como la soja, la cimicifuga o el lúpulo son ricas en fitoestrógenos que nos ayudan a compensar los desequilibrios hormonales que experimenta el cuerpo, aliviando la sensación de cansancio o los sofocos matutinos.

Plantas ricas en fibra con efecto saciante como la ispágula o el glucomanano, nos ayudan a controlar el sobrepeso. Por su parte el té verde tiene propiedades antioxidantes que nos ayudan a eliminar toxinas para que nuestro hígado funcione de manera eficiente. Las hojas de alcachofa favorecen la digestión de las grasas evitando que se acumulen en otras zonas del cuerpo.

Como ya os contamos en otras ocasiones, durante la menopausia nuestra piel experimenta una serie de cambios comenzando por la sequedad y continuando por una pérdida de firmeza y elasticidad consecuencia del deterioro de las fibra de colágeno y elastina. El aceite vegetal de onagra o el de borraja son fantásticos en esta etapa para hidratar el cutis en profundidad y recuperar la luminosidad perdida. Si además tienes arrugas, agrega unas gotitas de aceite esencial de incienso, uno de los mejores aceites esenciales para el cuidado de las pieles maduras.

Tus uñas y tu cabello se fortalecerán si tomas con frecuencia infusiones de cola de caballo ya que tienen un efecto remineralizante.

Para los nervios, la ansiedad o la falta de sueño, lo mejor son las infusiones de valeriana, pasiflora o melisa.

¿Has probado ya alguna de estas plantas medicinales?