ducha

El motivo principal de tomar una ducha diariamente es la higiene personal. Sin embargo, el agua de la ducha fría y caliente puede convertirse en un tratamiento de belleza para tu piel: económico, accesible y válido para todo el cuerpo.


El agua fría tonifica la musculatura, previene la aparición de la celulitis y mejora la circulación sanguínea por lo que es ideal para mitigar la pesadez de piernas e incluso las varices.

El agua caliente, en cambio, no es tan aconsejable ya que destruye parte de la grasa natural de la epidermis. Esta, al igual que el cabello, está formada por varias capas y en la más superficial de ellas se encuentran unas células cargadas de queratina. Su función es defender a tu piel de las agresiones medioambientales, el frío, los microbios y otros agentes externos que pueden dañarla. Para ello segregan una fina capa de aceite que retiene la humedad natural de la piel. El agua caliente hace que estos aceites naturales se reblandezcan y se debiliten. Como consecuencia de ello, tu piel se reseca. Para evitar que esto suceda, trata de ducharte en agua tibia siempre que puedas y utiliza un gel extra-hidratante. Después de secarte, es aconsejable la aplicación de alguna crema o aceite corporal.

Otro inconveniente de ducharse con agua caliente es que los vasos sanguíneos tienden a dilatarse. En cambio, resulta beneficiosa si combinamos su aplicación con chorros de agua fría. Mediante este sencillo truco conseguirás crear un efecto tensor en tu piel devolviéndole su firmeza: comienza tu ducha por chorros de agua caliente en torno a los 35º.  Empezaremos siempre por la parte baja del cuerpo, es decir, por los pies. Enjabónate y finaliza tu ducha con chorros de agua fría, en movimientos circulares y ascendentes.

Una vez que salgas de la ducha, puedes extender sobre tu piel tu crema o loción anticelulítica habitual. Verás que se multiplican sus efectos ya que gracias a este pequeño gesto, los poros aumentan su capacidad de absorción y cualquier cosmético que utilicemos, se aprovechará el doble.