miel para el cuidado de la piel

La miel es uno de los ingredientes más utilizados en cosmética natural para el cuidado de la piel por sus propiedades nutritivas, ultra-hidratantes y desintoxicantes.

Sus aplicaciones medicinales y en el campo de la belleza se conocen desde hace más de 9.000 años por civilizaciones tan antiguas como Egipto, Grecia y el Valle de los Indos. Los egipcios comenzaron a usarla hace 4.000 años, sabedores de sus virtudes nutritivas, para prevenir las arrugas en el rostro. Luego, su uso pasó a las civilizaciones de la antigua Babilonia. Los incas y los chinos ya se beneficiaban de ella y contaban en su haber con diferentes recetas de belleza y salud utilizando la miel como principal ingrediente (lo que hoy en día se conoce con el nombre de apiterapia).


Esta tradición se conservó hasta nuestros días. Nuestras abuelas solían elaborar mascarillas y ungentos a base de miel para hidratar y limpiar su cutis. También se creía en su capacidad para regenerar las células, nutriéndolas en profundidad, lo que la convertía en uno de los ingredientes naturales más empleados en los cuidados antiedad.

En la actualidad, algunos productos derivados de la miel como la jalea real o el propóleo se encuentran en las fórmulas cosmetológicas de productos para el cuidado facial y del cabello disponibles de forma habitual en el mercado y en los centros de estética.

Sus propiedades y sus beneficios más preciados podrían resumirse en los siguientes:

Es un poderoso desintoxicante

Diferentes estudios han confirmado la capacidad limpiadora de la miel. Este producto natural es rico en enzimas que tienen propiedades antibacterianas y ayudan a eliminar toxinas e impurezas de la epidermis.

Procesada, se convierte en un elemento habitual en las fórmulas de jabones y leches desmaquillantes. A diferencia de otras sustancias, la miel es capaz de dejar nuestra piel muy suave a la vez que la limpia en profundidad.

La miel blanca es mejor para las pieles sensibles y la miel negra para las pieles grasas.

Nutritiva e hidratante

La miel es rica en minerales, vitaminas hidrosolubles pertenecientes al grupo B, indispensables para la epidermis y ácido fólico (B9). Además, un 10% de su composición es agua floral natural. Todo ello hace que sea una poderosa aliada en los cuidados antiedad y antiarrugas. Cuanto mayor sea su calidad, más nos aprovecharemos de sus beneficios (una de las mejores es la miel procedente del Pirineo). Procesada químicamente, también puede formar parte de cremas, bálsamos y ungentos para el cuidado de la piel.

Virtudes antioxidantes

Algunos productos derivados de la miel, por ejemplo la jalea real, son ricos en aminoácidos que estimulan la regeneración celular y devuelven la frescura y luminosidad a la piel. Por otra parte, la cera de abeja y el propoleo, favorecen la creación de colágeno y elastina, siendo muy útiles para reparar los daños de las pieles fotoenvejecidas o ahogadas por el tabaco.

Mascarillas caseras a base de miel

Como bien dijimos antes, la miel puede aparecer procesada químicamente y formando parte de algunos productos de belleza, pero también puedes beneficiarte de ella creando tus propias mascarillas caseras, con diferentes variaciones pero usando como base este ingrediente. No necesita refrigeración y es cien por cien ecológica e hipoalergénica (es decir, puedes usarla aunque tu piel sea sensible).

¡Alimenta tu piel naturalmente usando estas fantásticas mascarillas!

Mascarilla de miel y yogur

la más hidratante. Mezcla una cucharada de miel y otra de yogur. Aplícate esta crema en suaves movimientos circulares por todo tu rostro. Deja actuar diez minutos y retírala con abundante agua fría.

Mascarilla de miel y limón

Mezcla una cucharada de miel y una cucharada de zumo de limón. Deja que actúe diez minutos y lava bien tu cutis. El limón tiene propiedades astringentes por lo que esta mascarilla es ideal para pieles grasas.

Mascarilla de miel y huevo

Bate un huevo y agrégale una cucharadita de miel. Extiende esta mezcla con ayuda de un pincel por todo tu cutis y deja de actúe 15 minutos. Esta receta es maravillosa para hidratar las pieles secas.

Humectante corporal de miel y almendras

Mezcla en un recipiente pequeño una cucharadita de miel, una cucharadita de aceite de almendras y seis gotas de zumo de limón. Esta receta es ideal para cuidar tus manos, codos y zonas ásperas del cuerpo. Es especialmente efectiva después del baño. Sólo tienes que dejar que actúe unos diez minutos y lavar la zona con abundante agua fría.

Mascarilla exfoliante de miel y avena

Mezcla 1/4 de taza de avena molida y dos cucharadas de miel. Después de lavarte el rostro y todavía con la piel mojada, aplica esta pasta y úsala a modo de exfoliante, haciendo movimientos suaves, circulares y ascendentes por tu frente, barbilla, nariz y pómulos. A continuación, aclara a conciencia con agua fría y aplica un tónico e hidratante facial.

Mascarilla exfoliante de miel y fresas

Machaca en un recipiente dos fresas maduras y agrega una cucharada de yogur natural, 1/4 de cucharada de miel y media cucharadita de maicena. Aplícatela sobre el cutis mojado con movimientos circulares, deja que actúe diez minutos y retírala con agua tibia.

Mascarilla limpiadora de miel y arcilla

Si normalmente usas mascarillas de arcilla para resecar los barritos e impurezas, prueba a añadirle a la mezcla una cucharada de miel. Verás que tu piel queda mucho más suave y luminosa.