La hiperpigmentación de la piel es una consecuencia de la distribución desigual de la melanina en nuestra epidermis. Puede afectar tanto a hombres como a mujeres ya que depende de factores genéticos, aunque es posible que empeore con el paso del tiempo y en ausencia de los cuidados de fotoprotección necesarios ante las exposiciones solares continuadas.


Las zonas más frecuentemente afectadas suelen ser los pómulos, la frente, la nariz, el cuello y las manos porque reciben una incidencia más directa de los rayos ultravioleta.

El clima, la edad y otros factores pueden también desencadenarlas, pero ¿cómo eliminarlas? Lo primero que te recomendamos es que acudas a un dermatólogo. No es aconsejable automedicarse por un problema estético y los productos formulados químicamente para aclarar la piel suelen ser bastante agresivos. Por otra parte, los remedios caseros si se usan con constancia pueden volverlas más difusas y ayudarnos a conseguir un cutis de textura más uniforme aunque no hacerlas desaparecer por completo. Lo cierto es que nada es tan efectivo hoy por hoy como los tratamientos estéticos con láser.

El láser es capaz de atenuar cualquier tipo de mancha porque llega a despigmentar las capas dérmicas más profundas, allí donde las cremas y las soluciones de uso tópico no hacen su efecto.

Es importante, con todo, ponernos en manos de un dermatólogo especializado en esta clase de tratamientos ya que para obtener los mejores resultados es necesario elegir el equipo más adecuado para paciente. Cada tipo de mancha es diferente, ha sido provocada por causas muy dispares, se encuentra a diferente profundidad y pertenece a personas con distintos fototipos. La elección del láser idóneo garantiza en buena medida el éxito del procedimiento.

De igual modo, hay que tener en cuenta que la eliminación de manchas y pecas con láser no es un tratamiento totalmente indoloro. La piel quedará irritada y con costras al menos hasta una semana después de someternos a él. Los cuidados posteriores implican tener especial cuidado con las exposiciones solares, tratando de evitarlas al máximo así como el uso de saunas, piscinas, etc. Deberás renunciar al maquillaje durante los primeros días y usar una crema cicatrizante.

Si no estás muy segura de elegir esta opción y estás buscando otras alternativas, te recordamos que existen otras técnicas como el peeling químico, la microdermoabrasión o la luz pulsada, pero debe ser un dermatólogo quien valore su efectividad en el caso de cada paciente.