Cuando llega el invierno la piel pierde parte de su humectación natural volviéndose más áspera y seca. Para prevenir que esto suceda, podemos recurrir a algunos productos naturales capaces de hidratar la piel en profundidad.


Uno de estos productos es la manteca de karité, que se obtiene a partir de las nueces que produce el árbol de karité, originario del continente africano.

Los frutos se extienden al sol hasta que se secan; luego se pelan y se prensan en frío. Es así como se obtiene esta manteca vegetal tan beneficiosa para el cuidado de la piel.

Al ser un producto con elevada concentración grasa, es ideal para combatir la sequedad. Algunos dermatólogos recomiendan también su uso para prevenir la formación de estrías.

Así que si notas tu piel reseca en invierno, sin duda la manteca de karité te ayudará a recuperar su tacto suave. También puedes aplicarla sobre los labios agrietados ya que al ser una sustancia totalmente natural no produce reacciones alérgicas.

¿Cómo comprar manteca de karité?

Muchos cosméticos industriales aseguran estar elaborados a base de manteca de karité. Casi nunca es cierto y la única verdad en todo ello es que contienen un porcentaje muy pequeño de esta materia prima en su composición.

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Si queremos aprovecharnos de todos los beneficios de la manteca de karité, debemos comprarla pura y sin refinar. Esta se mantiene hasta los 25Cº aproximadamente. Tiene un color blanco-marfil y un olor similar al aceite de oliva o aceite de cacahuete.

Si no tiene olor y su color es totalmente blanco, significa que ha sido sometida a procesos de refinado, durante los cuales puede perder parte de sus propiedades.

Propiedades dermatológicas de la manteca de karité pura y sin refinar

  • Nutre la piel profundamente gracias a su alto contenido en ácidos grasos insaturados, fitoesteroles, flavonoides y vitamina F. Además la mantiene hidratada protegiéndola contra el frío.
  • Regenera las fibras de colágeno y elastina dañadas, brindando así a tu piel una luminosidad y suavidad increíbles.
  • Es emoliente y cicatrizante. Reduce la inflamación de la piel sensible o en el caso de existir quemaduras solares leves.
  • También sirve para tratar el cabello seco o quebradizo, reduciendo el encrespamiento producido por la exposición al sol, el viento o las manipulaciones agresivas del cabello.

¿Cómo aplicarla?

Rostro

Realiza primero una limpieza de cutis. Después, sobre el rostro limpio, aplica la manteca de karité realizando un suave masaje con la yema de los dedos, haciendo movimientos circulares y ascendentes.

Cuerpo

Aplica la manteca de karité después del baño para mejorar la capacidad de absorción de la piel. Insiste en las zonas más ásperas del cuerpo como los codos y los talones o en aquellas partes donde pueden aparecer estrías (abdomen, caderas, senos).

Manos

La manteca de karité también puede emplearse para tratar las manos agrietadas por el frío. Extiende una cantidad generosa sobre tus manos antes de ir a dormir y ponte unos guantes hasta la mañana siguiente.

Cabello

Si tienes el cabello seco o quebradizo, puedes devolverle la vida a tu melena aplicándote semanalmente una mascarilla capilar con manteca de karité. Después de lavar el pelo normalmente, extiende la manteca de medios a puntas y colócate una toalla durante 15 minutos. Luego aclara bien con agua tibia hasta que no queden restos.

Estas son sólo algunas formas de usar la manteca de karité en nuestros tratamientos de belleza (especialmente en invierno). Pero existen muchas otras recetas que esperamos ir desvelando a nuestras lectoras en un futuro. Sin duda es uno de los ingredientes más valorados en cosmética natural y podemos darle una gran cantidad de usos. No dejes de investigar sus cualidades.