Durante el embarazo podemos sentir diferentes molestias a nivel circulatorio y musco-esquelético debido a los cambios hormonales y la ganancia de peso corporal. El masaje es una técnica terapéutica que nos permite aliviar muchas de estas molestias así como calmar el estrés y la ansiedad.


Beneficios de los masajes para embarazadas:

  • Alivian tensiones
  • Mitigan el dolor
  • Mejoran la circulación de la sangre.
  • Disminuyen la hinchazón y los edemas.
  • Son relajantes.

¿Qué masajes son los más indicados para las embarazadas?

Los tipos de masajes que se pueden realizar durante el embarazo son:

  • Masaje circular de cadera
  • Masaje circular de espalda completa
  • Masaje circular de espalda superior y hombros
  • Masaje de presión en zona sacra
  • Masaje circular de espalda baja
  • Masaje de piernas
  • Masaje de brazos
  • Masaje perineal prenatal (lo debe aplicar la pareja de la mujer o ella misma)
  • Masaje de lactancia: Estimulando los pezones con los dedos
  • Masaje de abdomen

Riesgos y contraindicaciones

  • Nunca debe efectuarse antes del primer trimestre de embarazo.
  • Tampoco en embarazos múltiples o gestaciones de alto riesgo.
  • Deben evitarlo en cualquier caso las embarazadas diagnosticadas de preeclampsia o eclampsia.
  • No es recomendable en pacientes diabéticas, con problemas cardíacos o bajo peso.
  • Y por supuesto, los masajes están prohibidos si se presenta sangrado vaginal o desprendimiento de placenta.

Otras consideraciones a tener en cuenta:

  • Debemos consultar con nuestro médico o ginecólogo la posibilidad de acudir a un masajista durante el embarazo.
  • Siempre ponernos en manos de masajistas profesionales y con experiencia en las técnicas de masaje para embarazadas.
  • Evita los aceites aromáticos o de formulación sintética ya que pueden atravesar la barrera placentaria y resultar contraproducentes para el bebé.
  • La mejor postura para recibir masajes es recostada del lado izquierdo, para que la vena cava no esté presionada.
  • No tomes masajes que impliquen la exposición a una fuente de calor: saunas, vendas calientes, ceras o barros.
  • Nunca se debe ejercer una presión fuerte en tus piernas, ya que se puede provocar un desplazamiento de coágulos en caso de tenerlos.