Entre los elementos más apreciados en cosmética, el oro es reconocido como símbolo de lujo y perdurabilidad.

Su uso es muy variado; lo encontramos en maquillajes, tratamientos rejuvenecedores, mascarillas antiarrugas, etc. Estas últimas eran ya utilizadas por las mujeres egipcias para conservar la juventud y luminosidad de su cutis.

El oro contiene minerales esenciales para la piel como el zinc, el cobre o el magnesio. Gracias a dichos componentes, las mascarillas de oro tienen propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y energizantes, ayudándonos a prevenir los daños causados por los radicales libres.

Las mascarillas de oro también son muy beneficiosas para:

  • Reafirmar la piel
  • Atenuar las ojeras
  • Mejorar la apariencia de las arrugas
  • Suavizar las líneas de expresión
  • Darle mayor luminosidad al rostro
  • Reforzar la barrera protectora de la piel
  • Estimular la microcirculación sanguínea

Como puedes imaginar, las mascarillas de oro son un tratamiento exclusivo de centros de belleza. Debe repetirse cada 7 ó 15 días y por lo general los resultados comienzan a apreciarse a partir de la cuarta sesión.

No debes exponerte al sol después de este tratamiento ya que la exfoliación que realizan las partículas de oro puede dejar tu piel más sensible durante las primeras 24 horas.

¿Os animaríais a probarlo?