El sol activa la vitamina D en nuestro organismo que cumple un papel muy importante en la mineralización de los huesos y dientes. Esta vitamina refuerza también las defensas naturales de la piel contra las bacterias, ayudando a prevenir brotes de acné. Con todo, las exposiciones prolongadas (sobre todo sin protección) son bastante perjudiciales. Las pieles claras, sensibles o envejecidas son especialmente vulnerables y no es extraño notar en el cutis sequedad o inflamación después de pasear un buen rato bajo el sol.



Para mejorar la condición de tu piel, hoy te traemos una maravillosa mascarilla casera con propiedades calmantes y antiinflamatorias.

El ingrediente principal es el agua de linaza (la infusión obtenida a partir de las semillas de lino) que es conocida en cosmética natural por sus beneficios para el cuidado de la piel y del cabello.

El agua de linaza se ha empleado durante siglos para aliviar el escozor de las quemaduras y de la piel con psoriasis. Además es efectiva para limpiar el cutis y regular el exceso de sebo.

Además nuestra mascarilla aftersun lleva aceite de caléndula, uno de los más indicados para la piel sensible por sus propiedades calmantes y antiinflamatorias.

¡No te pierdas esta receta!

Necesitas:

Preparación:

Coloca el agua en un cazo al fuego y cuando hierva, añade las semillas de lino. Cocina a fuego medio y, una vez que espese la mezcla, retírala del fuego y deja que se enfríe.

Una vez que se haya enfriado por completo, colaremos nuestra mezcla para obtener el agua de linaza, es decir, el gel que se desprende de la cocción de las semillas de lino y que es rico en fibra soluble y ácidos grasos esenciales.

Luego añadiremos al agua de linaza, una cucharada de aceite de caléndula (descongestivo), una cucharada de infusión de té verde muy concentrada (antioxidante) y el aceite de hipérico (analgésico y antiinflamatorio).

Vuelve a cocolar la mezcla al baño maría hasta que se fundan todos los ingredientes. Una vez que se haya templado, añade el gel de aloe vera y los aceites esenciales de lavanda y bergamota.

Guarda tu mascarilla en un envase esterilizado y en la nevera. Puedes aplicártela cada vez que vuelvas de la playa o después de un paseo prolongado bajo el sol, si notas ardor en tu cutis o inflamación.