La Unión Europea es uno de los mayores mercados de cosméticos del mundo, pero está sometida a regulaciones estrictas para garantizar la seguridad de los consumidores. La ley europea que establece las normas para la venta de cosméticos es el Reglamento (CE) n.º 1223/2009, que define desde la composición de los productos hasta el etiquetado. Es vital que tanto distribuidores como fabricantes conozcan al detalle esta normativa, ya que uno de sus objetivos es proteger la salud pública.

Aspectos como la traducción del etiquetado pueden ser decisivos a la hora de introducir un nuevo producto en el mercado, ya que el incumplimiento de estas reglas puede acarrear sanciones económicas o la prohibición de comercializarlos.

¿Por qué es importante la traducción del etiquetado?

Los consumidores suelen leer las etiquetas de los cosméticos para informarse sobre su composición, modo de empleo y advertencias de uso. Esta información aparece normalmente en el envase y en el embalaje externo del producto (packaging).

Hace algunos años, las etiquetas de cosméticos eran confusas debido a traducciones parciales o incompletas, pero hoy en día, la Unión Europea establece la obligatoriedad de traducir la información al idioma del país de destino. En países con varias lenguas oficiales, incluso se exige que ciertos elementos sean traducidos en todas ellas.

¿Quiénes deben traducir el etiquetado de los productos cosméticos?

Según el Reglamento (CE) n.º 1223/2009, los distribuidores son los responsables de asegurarse de que el etiquetado está correctamente traducido antes de que el producto salga a la venta. Para cumplir con esta obligación, es común que contraten a una empresa de traducción especializada y con experiencia en el sector de la cosmética.

¿Qué elementos del etiquetado es obligatorio traducir?

En el etiquetado de un producto cosmético debe figurar siempre:

  • El nombre comercial completo del producto.
  • El nombre o razón social del fabricante.
  • La fecha de caducidad o el periodo de duración después de la apertura.
  • La función del producto (por ejemplo, hidratante, antiarrugas, etc.).
  • Las advertencias de uso.
  • El contenido nominal (cantidad de producto).
  • El país de origen en el caso de productos importados.
  • El listado de ingredientes según la nomenclatura INCI
  • El número de lote.

De este listado, es obligatorio traducir al idioma del país de destino la función del producto, las precauciones de uso y la información sobre la empresa responsable de la comercialización. El INCI es internacional y no se traduce.

Traducción y marketing de los productos cosméticos

Las buenas traducciones no solo ayudan a evitar sanciones, sino que también son una poderosa herramienta de marketing y publicidad para la industria cosmética. Okodia, agencia de traducción en Madrid, recuerda que: “Un traductor de etiquetas sobre productos de cosmética y belleza debe conocer a fondo el idioma, la cultura, los gustos y disgustos, las tendencias y los tabús de cada sociedad”.

Una buena traducción cosmética es la mejor carta de presentación para tu marca y una forma de ganarse la confianza de los consumidores. Quienes comercializan estos productos no deberían tomarse las traducciones a la ligera, ya que pueden marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso en un mercado tan competitivo como el de los cosméticos.