¿Tienes «nudos en la espalda»? Mucha gente se aqueja de esta dolencia que no es otra cosa que un tipo bastante común de contractura muscular.

Las contracturas musculares son contracciones involuntarias de las fibras musculares, normalmente tras realizar un esfuerzo. En el momento de producirse la contractura sentimos una sensación de tirón y una inflamación posterior de la zona, que se manifiesta como un abultamiento al tacto (por esto se conocen popularmente como «nudos»).

Normalmente las contracturas musculares causan dolor local que puede irradiar hacia otras zonas. Aunque no sean lesiones graves, las contracturas pueden ser bastante molestas e impedirnos realizar actividades de nuestra vida cotidiana con normalidad. Por eso es importante prevenirlas y tratarlas a tiempo para que no se conviertan en un problema de salud recurrente.

Siguiendo unas sencillas pautas, podemos aliviar sus síntomas y reducir los períodos de recuperación que, según los expertos, pueden oscilar entre una y dos semanas.

Causas posibles de las contracturas musculares

En muchas ocasiones, las contracturas musculares se deben a ciertos hábitos que podríamos evitar. Por ejemplo:

  1. Sobrecargas musculares: ya sean debido a un esfuerzo puntual o continuado que provoque una fatiga en el músculo.
  2. Pasar demasiado tiempo sentada: los músculos se atrofian y se debilitan, volviéndose así más propensos a sufrir lesiones.
  3. Malas posturas: también pueden desencadenar una contractura muscular. La zona de la espalda es muy susceptible de padecer este tipo de dolencias.
  4. El frío: cuando las temperaturas son muy bajas, los músculos pueden contraerse produciendo una inflamación local.
  5. Deshidratación: es una causa poco común pero también probable de las contracturas musculares.
  6. Estrés y ansiedad: cuando estamos muy nerviosas nuestro cuerpo libera una serie de sustancias químicas que pueden afectar a los músculos haciendo que se contraigan.

Cuando se produce una contractura muscular, lo primero que sentimos es una sensación de tirantez en la zona. El músculo afectado acorta su capacidad de movimiento. También podemos padecer dolor local o inflamación (endurecimiento palpable en la región afectada).

¿Qué podemos hac ersi sufrimos una contractura muscular?

  • En primer lugar, lo más importante es guardar reposo. El músculo contraido necesita relajarse para volver a expandirse y recuperar su movilidad.
  • Aplica calor local: el calor reduce la inflamación y alivia el dolor de la contractura. Una manta eléctrica o un saquito de semillas sobre la zona, te brindarán un efecto analgésico y relajante.
  • Estiramientos: son el mejor remedio para recuperar la elasticidad y flexibilidad del músculo. El tipo de estiramientos que debes realizar debería ser diseñado por un fisioterapeuta o un entrenador capacitado para tratar lesiones deportivas.
  • Masajes: estimulan la irrigación sanguínea (reduciendo así la inflamación) y favorecen la relajación del músculo. Es muy importante que el masaje terapéutico sea realizado por un profesional de la fisioterapia. De lo contrario, podría empeorar la contractura.

¿Os han gustado estos consejos? Os dejamos con un práctico video de estiramientos para evitar las contracturas en la región lumbar o «nudos en la espalda».

No te olvides de practicarlos a diario si eres deportista o si sufres a menudo este tipo de dolencias.