La piel, el cabello y las uñas están en constante renovación, y para ello, necesitan un aporte continuado de nutrientes, proteínas, minerales, agua y vitaminas, especialmente, A, C, D, E y las del grupo B.


Agua

Es la base de todos los procesos metabólicos, transporta el oxígeno a través de la sangre y los sistemas linfáticos. Ayuda a eliminar las toxinas, principales enemigos de una piel luminosa y radiante. Es un embellecedor natural que hidrata la piel dándole una apariencia más joven, firme y retrasa los signos del envejecimiento. Un cuerpo sano está compuesto en un 80% de agua y casi dos tercios del fluido está contenido en las células de todo el cuerpo. Una piel que no posee el nivel de agua apropiado es más vulnerable a la deshidratación y a las arrugas.

Vitamina A

Es un antioxidante natural que elimina los radicales libres. Previene el envejecimiento celular de la piel, vista, uñas, cabello y esmalte dental. La carencia de esta vitamina produce aspereza, sequedad y escamas en la piel. El cabello se torna quebradizo y seco al igual que las uñas. Una deficiencia prolongada de vitamina A puede originar la pérdida del cabello y la aparición de caspa generada por la acumulación de células muertas en los folículos capilares.

Las fuentes de caroteno o pro-vitamina A están en los vegetales (zanahoria, espinaca, lechuga, patata, perejil, calabaza) y en los alimentos de origen animal y sus derivados (huevo, hígado de bacalao, mantequilla, lácteos).

Vitamina B2

Interviene en la regeneración de los tejidos de la piel, cabello y uñas. Complementa la actividad antioxidante de la vitamina E. Se encuentra presente en el salvado de trigo, arroz integral, semillas de alfalfa, hortalizas verdes, carne y pescado no congelados, huevos, lácteos, frutas y harina integral.

Vitamina B5

Contribuye a reparar los tejidos y facilita la cicatrización de las heridas. Esta vitamina desempeña un papel destacado en el crecimiento del cabello, en la salud de la piel y las uñas. Indicada para el tratamiento de la seborrea y la caída del pelo. Se encuentra en los cereales integrales, levadura de cerveza, yema de huevo, jalea real.

Vitamina C

Es un antioxidante natural que neutraliza los radicales libres, evitando el daño que los mismos generan en el organismo. Protege la piel de agresiones externas, especialmente de los efectos dañinos de las radiaciones solares. Esta vitamina es necesaria para la formación de colágeno, la correcta cicatrización de las heridas, reparación y renovación de los tejidos cutáneos. Es antibacteriana e inhibe el crecimiento de ciertas bacterias dañinas para el organismo. Las principales fuentes se encuentran en los cítricos, espinacas y brócoli.

Vitamina E

Es un importante antioxidante que protege la piel de las agresiones externas, retrasa el envejecimiento cutáneo, favorece y acelera la cicatrización de las heridas. Es importante en la formación de fibras elásticas y colágeno. Fuentes de esta vitamina son los frutos secos, cereales, aceite de germen de trigo, aceite de coco, aceite de oliva, legumbres, leche entera y yema de huevo.

Vitamina F (ácidos grasos esenciales)

Si bien no se trata de una verdadera vitamina, se utiliza esta denominación para englobar a los ácidos grasos insaturados. Protege la piel de la sequedad, contribuye a mantener el cabello sano y evita la resequedad capilar. Pueden encontrarse en los aceites de semillas: girasol, maíz, soja, semillas de sésamo, etc.

Hierro

Es un mineral que interviene en la formación de las proteínas de los músculos, las células rojas y los huesos. Su déficit suele ser la causa de la caída del cabello y aparición de manchas blancas diseminadas por las uñas. Puede encontrarse en los frutos secos, hortalizas, cereales integrales, semillas y legumbres, carnes rojas, huevos y levadura de cerveza.

Magnesio

Es un mineral indispensable para el crecimiento de las uñas y el cabello. Se localiza en frutos secos (almendras, nueces, avellanas) y en los cereales integrales, salvado, germen de trigo, aguacate o bananas.

Zinc

Interviene en la regeneración de la piel, contribuye a la síntesis del colágeno y la queratina. También participa en la defensa contra los radicales libres. La deficiencia de este mineral afecta al crecimiento del cabello y de las uñas. El cabello se vuelve quebradizo, sin brillo y puede originar alopecia. Las principales fuentes se encuentran en los cereales integrales, nueces, germen de trigo y levadura de cerveza.