Las tendinopatías crónicas son lesiones comunes en el mundo del deporte que pueden afectar a atletas de cualquier disciplina. Los tendones son tejidos fibrosos que conectan los músculos con los huesos, permitiendo el movimiento del cuerpo. Cuando se inflaman o degeneran, pueden causar dolor, rigidez y debilidad, lo que se conoce como tendinopatía crónica.

Hasta hace unos años, los antiinflamatorios y el reposo eran los únicos métodos conocidos para recuperarse de esta lesión. Sin embargo, los avances en medicina han llevado a la aparición de nuevas técnicas que también tienen aplicaciones en el terreno de la fisioterapia.

Hoy te hablaremos de las ondas de choque, el tratamiento estrella que realiza Karin Freitag, especialista en medicina deportiva y regenerativa, en Clínica DKF (www.clinicadkf.com).

Clínica DKF es una clínica de referencia a nivel nacional e internacional especializada en patologías y lesiones del aparato locomotor. Tienen una dilatada experiencia en la aplicación del tratamiento de ondas de choque que utilizan desde el año 2.000 para tratar casos complejos que tienen una recuperación lenta e insidiosa.

¿Qué son las ondas de choque?

Son ondas mecano-acústicas de alta intensidad que se utilizan con fines terapéuticos. Originariamente emplearon en urología para el tratamiento de los cálculos renales, pero tiempo después se descubrió también su utilidad para tratar patologías musculoesqueléticas.

Ondas de choque focales y ondas de choque radiales.

Las ondas de choque son generadas por dispositivos electromagnéticos, electrohidráulicos o piezoeléctricos y se aplican directamente en la zona a tratar después de aplicar un gel conductor.

Teniendo en cuenta su nivel de actuación, las ondas de choque pueden ser:

  • Focales: actúan sobre un punto específico y a un nivel profundo (6-8 cm.). Son capaces de penetrar en los músculos y en los huesos, estimulando la curación del tejido dañado y aumentando el flujo sanguíneo en la zona tratada. Este tipo de ondas de choque se utiliza con mayor frecuencia en lesiones crónicas y localizadas, como la fascitis plantar, la tendinopatía crónica y la bursitis.
  • Radiales: no se focalizan en ningún punto en concreto, sino que son expansivas. Penetran a una profundidad menor de hasta 3-4 cm. y se utilizan para tratar lesiones más superficiales, como la epicondilitis lateral y la tendinitis aguda. Además, las ondas de choque radiales pueden ser aplicadas en áreas sensibles o delicadas, como los tejidos nerviosos y musculares, con menos riesgo de causar daño.

La elección del tipo de onda dependerá del criterio del fisioterapeuta después de evaluar el estado de la lesión del paciente.

Aplicaciones y beneficios del tratamiento.

Las ondas de choque han demostrado ser eficaces en el tratamiento de las tendinopatías crónicas y lesiones deportivas. En un estudio publicado por el British Medical Journal of Sports Medicine se analizaron sus resultados en el proceso de recuperación de las lesiones musculares de 20 futbolistas profesionales. Al finalizar la terapia se llegó a la conclusión de que era posible reducir a la mitad el tiempo de recuperación de las lesiones tipo 1a y 2a. Además, el tratamiento demostró tener una influencia positiva en la prevención de nuevas lesiones.

Actualmente las ondas de choque se utilizan para acelerar la recuperación de los tejidos dañados en casos de tendinitis rotuliana, epicondolitis (o codo de tenista), tendinitis aquilea, fascitis plantar o manguito de rotador, entre otras dolencias.

También proporciona una mejoría en pacientes con fracturas, edema óseo y necrosis vascular.

Algunos beneficios reconocidos de esta terapia son los siguientes:

  • Alivia el dolor: las ondas de choque tienen un efecto analgésico que se consigue por la inhibición de la sustancia P, un neuropéptido que actúa como neurotransmisor del dolor.
  • Favorece la vascularización del tejido dañado favoreciendo la regeneración tisular y la formación de factores de crecimiento autólogos.
  • Tiene un efecto antiinflamatorio gracias a la degradación de mediadores de la inflamación por la hiperemia inducida.
  • Ayuda a eliminar las calcificaciones que pueden aparecer después de un desgarro o de otros traumas. De hecho, es la primera opción terapéutica en casos de tendinopatía calcificada.
  • Estimula los factores osteogénicos favoreciendo la neosteogénesis o formación de tejido óseo.
  • A diferencia de otros tratamientos como las infiltraciones, las ondas de choque son una terapia no invasiva y su finalidad no es únicamente aliviar el dolor sino también curar.

Contraindicaciones y efectos secundarios.

Los efectos secundarios del tratamiento no son graves. En ciertos casos podrían aparecer hematomas o inflamación que desaparecen por sí solos pasados unos días.

Eso sí, las ondas de choque deben evitarse en algunos pacientes como mujeres embarazadas, personas con marcapasos, con infecciones en los tejidos afectados o con neoplasias primarias o metástasis.

Para obtener buenos resultados es importante acudir a una clínica especializada en aplicar esta terapia y seguir las indicaciones del médico al pie de la letra, sobre todo en lo que respecta a guardar reposo.