Cada vez son más las mujeres que acuden a peluquerías y centros de belleza para colocarse uñas de gel. Es una forma rápida y sencilla de conseguir una manicura perfecta pero, incluso si la realizan profesionales, no está libre de ciertas complicaciones.



Uno de los problemas más frecuentes de las uñas de gel es el debilitamiento y la descamación de las cutículas. Esto se debe al uso de los productos químicos que se aplican durante el procedimiento.

También puede aparecer irritación en la piel como una reacción a la acetona empleada para retirar los restos de esmalte permanente.

Por último, si te haces la manicura de gel a menudo, recuerda que la luz UV utilizada para sellar los pigmentos es un factor de riesgo de cáncer de piel. No se recomienda por tanto abusar de este método.

Consejos útiles si llevas uñas de gel:

  • Espacia el tiempo entre cada sesión para que las uñas puedan crecer y regenerarse.
  • Aplica un protector solar con FPS alto para evitar posibles daños causados por la exposición a los rayos UV durante el proceso de sellado.
  • Dile a la manicurista que no empuje la cutícula ya que esto aumenta el riesgo de inflamación e infecciones.
  • Evita la manicura de gel si tienes problemas frecuentes en las uñas.
  • Después de una manicura de gel, si notas las uñas frágiles o descamadas, hidrátalas con regularidad usando vaselina o cremas hidratantes.
  • Si estás embarazada, consulta a tu médico antes de someterte a este tratamiento.