Hoy en día casi todas sabemos que la radiación solar compromete seriamente la salud de nuestra piel, pero sólo un 18% de la población utiliza diariamente la protección solar que necesita, según afirman los últimos datos de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV).
Cada año se diagnostican 5000 casos de melanoma en nuestro país y de hecho, la mitad de los diagnósticos en consulta ambulatoria dermatológica, son de patología tumoral.
Después de un 2020 en el que la atención sanitaria se ha centrado casi exclusivamente en la pandemia de COVID-19,conviene recordar que las demás enfermedades nos siguen afectando y que la protección solar sigue siendo indispensable para prevenir el cáncer de piel ya que esta amenaza no ha desaparecido.
Con la vuelta progresiva a la normalidad y el cese de las restricciones en muchos territorios, debemos ser precavidas a la hora de disfrutar del buen tiempo y utilizar un producto con factor de protección solar adecuado a nuestro tipo de piel.
¿Qué es el factor de protección solar?
El factor de protección solar (FPS) es un indicador que nos dice cuánto tiempo podemos estar bajo el sol sin quemarnos al usar un bloqueador solar (normalmente va del FPS 15 al FPS 50). Se calcula multiplicando el tiempo al que la piel de forma natural podría exponerse al sol sin quemarse por el factor de protección solar de la crema elegida. Por ejemplo, si nuestra piel podría estar 10 minutos expuesta al sol sin quemarse y la crema solar es FPS 30, tendríamos 300 minutos de exposición solar segura a lo largo del día.
¿Cómo elegir el factor de protección solar adecuado?
Los dermatólogos diferencian hasta seis fototipos diferentes. La clasificación se realiza teniendo en cuenta la concentración de melanina que presenta la epidermis. La melanina es un pigmento natural que protege nuestra piel de los rayos del sol.
Las personas de piel blanca tienen una concentración muy baja de melanina. Un fototipo I ó II sólo resistirá unos minutos sin protección solar antes de sufrir quemaduras. Una persona de piel morena podrá resistir algunos minutos más, pero todos necesitan utilizar un producto con filtro solar para broncearse de forma segura.
Por norma general, los dermatólogos recomiendan utilizar como mínimo un FPS 30 ó superior a 50 en el el caso de los fototipos más claros.
Otros aspectos a tener en cuenta:
- Hemos visto que las personas de piel blanca son más propensas a sufrir quemaduras, pero no son las únicas vulnerables a la radiación solar. La piel de los niños o de las personas ancianas es muy frágil y tiende a quemarse con facilidad si no se aplican bloqueadores solares. Además, ciertos medicamentos vuelven la piel fotosensible y en estos casos es necesario extremar las medidas de fotoprotección.
- Existen dos tipos de radiación solar: los rayos UVA y los rayos UVB. Los primeros actúan sobre las capas más profundas de la piel y son responsables del fotoenvejecimiento cutáneo y de las manchas solares. Los segundos, inciden directamente sobre la epidermis estimulando la actividad de los melanocitos. Este tipo de radiación es la que permite que la piel tome un tono dorado cada vez que nos bronceamos, pero también puede ocasionar quemaduras solares o incluso cáncer de piel si no nos cuidamos. A la hora de comprar un bloqueador solar debes fijarte en que lleve la etiqueta UVA/UVB, esto nos indica que es de amplio espectro y nos protege contra cualquier tipo de radiación solar.
- ¿Filtros minerales o filtros químicos? Los filtros de una crema solar pueden ser minerales (principalmente dióxido de titanio y óxido de zinc) o filtros químicos. Nuestra recomendación es que elijas filtros minerales ya que son filtros fotoestables que no se degradan con la luz y suelen ser más respetuosos con la piel. Hace algunos años este tipo de productos generaba rechazo entre los consumidores ya que solían dejar un acabado blanquecino, pero a día de hoy las fórmulas cosméticas han mejorado mucho tanto en lo que respecta a la textura como al aroma.
- ¿Vas a darte un chapuzón? En ese caso necesitas que tu bloqueador solar sea resistente al agua. La etiqueta «Water-resistant» nos indica que el FPS permanece inalterable tras 40 minutos dentro del agua. La etiqueta «Waterproof» nos asegura un máximo de 80 minutos de permanencia continuada bajo el agua.
- ¿Cuándo caducan? Es importante que revises la fecha de caducidad de tu crema solar que empieza a correr desde que abres el producto. Las razones son claras: un bloqueador solar caducado habrá perdido parte de sus propiedades protectoras haciendo que la piel se vuelva vulnerable a la radiación.
- Por último, conviene recordar que la protección solar es necesaria durante todo el año, no sólo cuando tomamos el sol en verano en la playa o la piscina. La dermatóloga Ángeles Flórez Menéndez (AEDV) advierte que «la quemadura solar puede ocurrir en cualquier momento del año». La piel tiene memoria y las exposiciones continuadas a los rayos ultravioleta, favorecen la formación de radicales libres que dañan el ADN celular ocasionando el envejecimiento prematuro de la piel.
¿Fórmulas en crema o en aceite?
Ya hemos visto que lo más importante a la hora de elegir un bloqueador solar es dar con el FPS más indicado para nuestro tipo de piel y utilizar correctamente el producto.
Los aceites solares llevan algún tiempo en el mercado pero mucha gente todavía se plantea si son tan eficaces como las cremas y realmente sirven para prevenir el daño solar.
En lo que respecta a la protección, si los dos productos tienen el mismo FPS bloquearán de la misma forma la radiación solar y durante el mismo periodo de tiempo. Lo que varía es la textura pero nunca la efectividad. La ventaja principal de los aceites solares es que son más ligeros y fáciles de aplicar (algo que se agradece cuando tenemos que extenderlos sobre zonas como los brazos o las piernas). Además, si tu plan es broncearte rápido, estos productos estimulan la producción de melanina un 20% más rápido que otro tipo de formulaciones. Están pensados para desaparecer sin dejar residuos, incluso los hay secos o «dry oil» que no dejan sensación grasa.
Como inconvenientes, tendríamos que señalar que cunden mucho menos que las cremas solares ya que con estas últimas podemos abarcar más con menos cantidad de producto. Por otra parte, no son la opción más indicada para pieles grasas o con tendencia a sufrir acné.
Protección solar vs cuidados aftersun
Hasta este momento hemos hablado de la importancia de usar bloqueadores solares para proteger la piel de las quemaduras solares, del fotoenvejecimiento o incluso de enfermedades como el melanoma. Pero además de los cuidados preventivos, los dermatólogos aconsejan aplicar un producto post-solar después de broncearnos para suavizar la piel agredida por el sol.
Los productos post-solares o aftersun, carecen de filtros solares. Su finalidad no es proteger sino regenerar la piel, recuperar su hidratación y prolongar el bronceado. Todos estos beneficios se consiguen con ingredientes hidratantes y calmantes, como la caléndula, el aloe vera, el panthenol, la alantoína, la urea y el ácido hialurónico.
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