A pesar de que, desgraciadamente, todavía existe la creencia de que es positivo ir al gimnasio en ayunas, es importante tomar conciencia sobre esta y otras cuestiones que afectan a nuestra salud y rendimiento deportivo.

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La Fundación Española del Corazón nos advierte que el ejercicio en ayunas aumenta el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular.

Si bien no es recomendable hacer deporte justo después de haber comido (ya que nos encontramos en la primera fase de la digestión), los expertos en fitness aconsejan ingerir alimentos 30 minutos antes de comenzar el entrenamiento. De esta forma mantenemos nuestro metabolismo alto mientras dure la actividad física y favorecemos el desarrollo muscular.

Elige alimentos ricos en proteínas e hidratos de carbono. Estos últimos nos aportan energía mientras que las proteínas son necesarias para construir y reparar el músculo.

Si entrenas de mañana, por ejemplo, puedes desayunar cereales, carnes magras, lácteos y/o fruta: cereales con yogur y zumo de naranja, tostadas con pavo y un vaso de leche, tostadas con queso desnatado y una pieza de fruta…

Si nuestro entrenamiento es por la tarde, una buena opción es comer un pequeño bocadillo con fiambre y una pieza de fruta media hora antes de sudar la camiseta.

Recuerda que también es importante mantenernos hidratadas bebiendo agua o bebidas isotónicas antes, durante y después del ejercicio.