El hombro es la articulación más utilizada de todo el cuerpo. Posee el mayor rango de movimiento y nos permite realizar todo tipo de actividades cotidianas como mover y alcanzar objetos. La omalgia es el dolor localizado y persistente en la región del hombro.
Es una consulta médica muy frecuente. Representa el 1,2 % de las consultas de atención primaria y ocupa el tercer puesto entre las dolencias musculoesqueléticas, después de las lumbalgias y las cervicalias. Es más común en las personas de edad avanzada o que realizan trabajos pesados, pero su etiología es muy diversa y el dolor puede deberse también a movimientos repetitivos o traumatismos. Se piensa que el 25 % de la población ha sufrido esta dolencia de manera transitoria en algún momento de su vida. Sin embargo, existen algunas patologías que pueden hacer que el dolor se cronifique convirtiéndose en una causa frecuente de incapacidad laboral.
¿Cuáles son los síntomas?
La omalgia se presenta a menudo con los siguientes síntomas:
- Dolor que aparece gradualmente en la zona anterolateral del hombro y a veces irradia hasta el antebrazo o la mano.
- El dolor suele ser más intenso por la noche al dormir encima del brazo y mejora al moverlo suavemente.
- Puede ir acompañado de una pérdida de fuerza o de movilidad.
¿Qué causa esta patología?
A pesar de que la omalgia es una patología muy frecuente las causas que producen el dolor no son siempre conocidas. El daño puede estar en la articulación, en los músculos, en los tendones o ligamentos. Todas estas estructuras se pueden lesionar y producir dolor.
Según los expertos en el 90 % de los casos la omalgia se debe a problemas periarticulares. Sólo en el 10% de los casos el daño está dentro de la articulación. Muy pocas veces, las causas son extrínsecas y se deben a un dolor neurológico, cardíaco o vascular que irradia hacia el hombro.
- Lesiones periarticulares: tendinitis del manguito de rotadores, tendinitis calcificante (predominante en adultos de 30 a 50 años), bursitis.
- Lesiones articulares: hombro congelado (patología frecuente en pacientes con diabetes tipo I), artrosis glenohumeral, lesiones de la articulación acromioclavicular, fibromialgia, artritis reumatoide.
- Patologías óseas: neoplasias, osteomielitis o traumatismos.
- Otras patologías: la omalgia también puede deberse a un dolor neurológico como hernias de disco y problemas en la columna vertebral que irradian dolor hacia el hombro. Algunas personas experimentan dolor en el hombro izquierdo como un síntoma de angina de pecho o un ataque cardíaco. Por último, las enfermedades que afectan los vasos sanguíneos, como la enfermedad de la arteria subclavia, pueden causar dolor en el hombro debido a la falta de flujo sanguíneo en la zona.
¿Cómo se diagnostica?
La omalgia normalmente se diagnostica mediante exploración y estudio radiológico. En algunos casos se utiliza el TAC como complemento a las radiografías cuando estas no son concluyentes.
Tratamiento del hombro doloroso
Al inicio se debe mantener el hombro en reposo sin realizar esfuerzos, pero nunca inmovilizarlo con vendajes o escayolas. También es posible aplicar calor local durante 20 minutos para reducir la inflamación.
Si el dolor es agudo y no remite, el médico puede prescribir un tratamiento con AINES. Los antiinflamatorios no esteroideos eliminan el dolor como síntoma, pero no sus causas.
Las infiltraciones locales de anestésicos y corticoides son un arma de segunda línea cuando no es posible continuar con los fármacos por vía oral. Se utilizan en casos como lesiones del manguito de rotadores que no responden bien al tratamiento inicial o en pacientes ancianos en los que se descarta la cirugía artroscópica.
Actualmente, las infiltraciones de ácido hialurónico solamente están aprobadas para la articulación de la rodilla, aunque algunos estudios han evaluado su uso en la articulación glenohumeral comprobando que son seguras y beneficiosas.
Otra técnica relativamente sencilla es el bloqueo del nervio supraescapular. Este nervio es el responsable del 70 % de las transmisiones sensitivas en el hombro y al bloquearlo se reduce significativamente el dolor. Es un método utilizado en el caso de enfermedades degenerativas y crónicas que cursan con inflamación de los tejidos. Aun así, su duración es limitada (12 semanas). Por eso es importante pensar en otras alternativas más duraderas para lograr una mejoría de los síntomas a largo plazo.
Una vez que el dolor va remitiendo es posible comenzar con los ejercicios de rehabilitación. Se trata de estiramientos suaves y destinados a mejorar la amplitud de movimiento y potenciar la musculatura rotadora.
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La mayoría de las personas pueden recuperarse por completo con el tratamiento adecuado, pero es importante acudir a un profesional de la salud y tener un diagnóstico que permita abordar el dolor de hombro de manera efectiva.