La rinoplastia es una de las cirugías estéticas más complejas y desafiantes, ya que requiere una gran precisión. Aquí el límite entre un resultado favorable y un error es bastante tenue. Por eso, a día de hoy, los cirujanos optan por intervenir la nariz con técnicas más conservadoras siempre que sea posible.

¿Conoces la rinoplastia de preservación?

Seguro que ya sabes que para realizar una rinoplastia se necesita modificar el cartílago de la nariz y el hueso. Cuando es necesario tocar el hueso (por ejemplo, para eliminar la giba nasal) se practica una osteotomía.

La osteotomía implica corregir la estructura del dorso nasal, limando las protuberancias. Otra alternativa también quirúrgica, pero menos invasiva consiste en extraer dos pequeños fragmentos de los laterales izquierdo y derecho del tabique, que son los que dan soporte al dorso nasal. Así se consigue disminuir su altura en bloque. Es la llamada rinoplastia de preservación o rinoplastia conservadora, una técnica novedosa para corregir la forma de la nariz dañando lo menos posible las estructuras cercanas.

¿Dónde realizarse la cirugía?

Luis Mompó es un otorrino en Valencia, especializado en cirugía de la nariz y del oído. Tiene una dilatada experiencia solucionando todo tipo de problemas estéticos y respiratorios relacionados con la anatomía de la nariz.

El Dr. Mompó está avalado como experto en cirugía plástica de nariz y oídos por la Sociedad Valenciana de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello. Realiza sus intervenciones en el Hospital 9 de Octubre donde puede brindar a sus pacientes las condiciones de seguridad higiene necesarias para que la operación sea un éxito. Si estás pensando en realizarte una rinoplastia de preservación en Valencia te recomendamos acudir a su consulta para una valoración profesional.

¿Cuáles son las diferencias entre rinoplastia tradicional, rinoplastia, ultrasónica y rinoplastia de preservación?

En la rinoplastia tradicional el cirujano utiliza un martillo y cincel para “esculpir” la nariz del paciente. Esto provoca inevitablemente que otros tejidos cercanos se vean afectados.

Por otra parte, en la rinoplastia ultrasónica se utiliza un bisturí de corte piezoeléctrico capaz de pulir el hueso con vibraciones y ultrasonidos. Es una técnica menos invasiva anterior que logra reducir considerablemente los tiempos de recuperación y llevar un postoperatorio más suave, sin tanta inflamación y sangrado.

La rinoplastia de preservación va un paso más allá, ya que permite conservar al máximo la anatomía de la nariz renunciando a la resección del hueso del tabique. Esta técnica tiene un margen menor de errores y gracias a ella es posible corregir los defectos estéticos de la nariz sin comprometer su funcionalidad o una ventilación correcta.

¿Cualquier paciente puede recurrir a la técnica de preservación?

No, por desgracia, no todos los pacientes pueden beneficiarse de esta técnica. Por ejemplo, quienes ya han sido intervenidos anteriormente con técnicas tradicionales, no pueden recurrir a la rinoplastia de preservación. Tampoco personas con grandes desviaciones del tabique nasal, ya que el resultado sería poco satisfactorio.

En las primeras consultas el cirujano realizará una exploración de la nariz para determinar si el paciente es apto para la cirugía, y si es necesario corregir otras patologías asociadas.

Luego hará un estudio fotográfico con fotos, tomadas desde tres ángulos: de perfil, de frente y de tres cuartos. Esto le permitirá analizar detalladamente la forma de la nariz y ver hasta qué punto es posible hacer coincidir los deseos del paciente con las soluciones quirúrgicas, y cuál es la mejor técnica en cada caso.

¿Cómo es el postoperatorio?

El postoperatorio de una rinoplastia conservadora es mucho más suave que el de otro tipo de intervenciones. Aun así, se recomienda guardar reposo durante los primeros días, evitar el ejercicio físico extenuante y dormir con una almohada alta para favorecer el drenaje de las áreas afectadas.

Es habitual llevar férulas de silicona en la nariz durante las primeras semanas para fijar la posición del tabique y asegurarse de que cicatriza conforme a lo esperado.