¿Qué es la sarcopenia?

La sarcopenia es un término acuñado por Irwin Rosenberg en 1989. Se refiere a una pérdida de masa muscular progresiva que se produce sobre todo en personas de la tercera edad y que puede agravarse por diversas causas.


Aunque la sarcopenia se suele manifestar en personas mayores, el proceso de debilidad muscular comienza mucho antes, alrededor de los 30 años. A partir de esta edad perdemos un 6% de nuestra masa muscular por década, pero la degeneración del tejido muscular se vuelve más rápida a partir de los 60 años, sobre todo en mujeres.

La sarcopenia aumenta el riesgo de fracturas óseas ya que los músculos recubren nuestros huesos y los protegen. Además, la pérdida de la musculatura viene acompañada muchas veces de un aumento de peso ya que si nos sentimos débiles hacemos menos ejercicio físico.

Existen a su vez segmentos de la población más propensos a sufrir sarcopenia en edades avanzadas, y se piensa que la predisposición genética influye mucho en el desarrollo de la enfermedad. Otros factores de riesgo son la vida sedentaria, pérdidas de peso repentinas o un déficit hormonal (déficit de hormona de crecimiento).

Diagnóstico de la sarcopenia

El diagnóstico de la sarcopenia es difícil de realizar porque no existe ningún método de referencia aceptado para medir la masa muscular, y tampoco se dispone de unos valores normales de referencia en la población sana.

Normalmente se emplean métodos como:

  • Técnicas de imagen (tomografía computarizada y resonancia magnética).
  • DXA: es un método complejo que consiste en la medición de la masa muscular mediante absorciometría por energía dual de rayos X.
  • Medidas antropométricas: se mide la circunferencia del brazo o del muslo del paciente y se compara con la de otros individuos de la misma edad y sexo.
  • Medida de la calidad muscular: se relaciona la fuerza de la persona con el volumen de su masa muscular.
  • Índice del potasio: los valores de potasio en sangre permiten estimar de forma indirecta la calidad de la masa muscular.
  • Eliminación de creatinina en orina: es una proteína relacionada con el funcionamiento del riñón. Valores altos indican insuficiencia renal y pérdida de las proteínas a través de la orina. Ya que las proteínas son el ladrillo de nuestros músculos, su eliminación provoca catabolismo muscular.

¿Tiene tratamiento?

No existe un tratamiento de cura para la sarcopenia, solamente tratamientos de choque. Aunque lo más importante es adoptar medidas tempranas que ayuden a prevenirla.

Los niveles bajos de testosterona en sangre se relacionan con una presencia pobre de masa muscular. Sin embargo los tratamientos con testosterona no son seguros en personas ancianas ya que pueden favorecer la aparición de enfermedades coronarias.

Algo parecido sucede con los tratamientos basados en la hormona de crecimiento humana (HGH). La HGH aumenta la fuerza y la masa muscular pero la administración de esta hormona puede tener efectos secundarios como ginecomastia (crecimiento de las mamas en el varón), retención de líquidos, dolor de las articulaciones y bajadas de tensión.

Por este motivo, la mayoría de los especialistas recomienda la práctica de ejercicio moderado en la tercera edad para compensar la pérdida de musculatura, así como seguir una dieta sana y equilibrada en la que no falten los alimentos ricos en Omega-3, proteínas de alta calidad (aminoácidos esenciales) y vitaminas.

La práctica de actividad física en personas mayores no sólo ha demostrado ser efectiva para prevenir la sarcopenia, sino también otras enfermedades asociadas al envejecimiento como la hipertensión, la diabetes o los problemas al corazón. Y es que por lo general, las personas activas son más longevas y gozan de mejor salud.

¡Nunca es tarde para empezar a cuidarnos!

saludtercera edad