Cuando llega marzo termina la temporada de los kiwis o las mandarinas pero comienza la de las fresas y fresones que se recolectan desde febrero a junio y son igualmente fuente fantástica de vitamina C.


En los meses de abril y mayo podemos comer nísperos y albaricoques ricos en betacarotenos. Sólo un poco más tarde podremos disfrutar de las cerezas que poseen antocianinas, un tipo de antioxidantes que protege la piel frente a la radiación ultravioleta.

Ya en el mes de junio comienza la cosecha de melocotones, melones y sandías que nos acompañarán hasta el final del verano. Son frutas con un alto contenido en agua que nos ayudan a mantener el nivel de hidratación del cuerpo.

En primavera, busca frutas de color naranja.

El color anaranjado en las frutas y verduras nos indica que son ricas en betacarotenos, precursores de la vitamina A, que fortalecen nuestras defensas y cuidan la salud de nuestra piel.

Algunas frutas que poseen betacarotenos son la papaya, los nísperos o albaricoques. Estos últimos tienen además un elevado contenido en pectina, un tipo de fibra soluble que contribuye a la regulación del tránsito intestinal, Tres albaricoques nos proporcionan la cantidad suficiente de betacarotenos para cubrir más de la mitad de la dosis diaria recomendada.

Antocianinas: los antioxidantes más poderosos en las frutas rojas.

Las cerezas o las fresas deben su color rojo a unos pigmentos naturales llamados antocianinas. Son poderosos antioxidantes que tienen la capacidad de neutralizar el daño oxidativo causado por los radicales libres. Además, cumplen un papel cardioprotector ya que preservan la salud de nuestras arterias.

Dentro de las frutas rojas, cada una tiene sus particularidades. Las fresas y fresones cuentan con pocas calorías y tan sólo un 5% de azúcar (fructosa y glucosa). Destaca su alto contenido en fibra y vitamina C (más que en las naranjas). Las cerezas tienen algo más de azúcar y además de ser deliciosas, nos aportan una buena cantidad de fibra, fundamental para el tránsito intestinal.

Frutas desecadas: ¡aprovéchate de sus propiedades saludables durante todo el año!

Una buena forma de consumir frutas de primavera una vez que ha terminado la temporada, es comprando frutas desecadas.

orejones de albaricoque

Durante el proceso de desecado los nutrientes se concentran por la pérdida de agua. Un buen ejemplo es el de los orejones o albaricoques desecados que nos aportan cantidades significativas de fósforo, vitamina B6 y niacina. La cantidad recomendada es de unos 30 gramos diarios y puedes incorporarlos a tus yogures o a los cereales del desayuno. ¡Están deliciosos!