Con la llegada de la primavera se producen una serie de cambios que alteran nuestro biorritmo. Para empezar, el clima es muy inestable. Los días se hacen más largos pero es habitual que suframos cambios bruscos de temperatura; por la mañana llueve y por la tarde sale el sol. Nuestro estilo de vida también cambia: pasamos menos horas en casa, salimos más al aire libre y cambiamos los horarios de nuestras comidas. Querámoslo o no, nuestro cuerpo termina por acusar todas estas alteraciones. La astenia primaveral engloba una serie de síntomas como decaimiento, cansancio, nerviosismo, falta de concentración y de energía o incluso insomnio.


Aunque la astenia primaveral no está catalogada como un problema médico, muchas personas sufren sus efectos. Por este motivo, te daremos una serie de consejos útiles que pueden ayudarte a que te sientas mejor. Si después de pasado un tiempo los síntomas persisten, deberías comentárselos a tu médico.

  • Dieta sana: debes tomar más zumos y alimentos que contengan vitamina C para reforzar tu sistema inmunológico, ¡las frutas y verduras de la temporada no pueden faltar en tu mesa!De igual modo, es aconsejable que aumentes la cantidad de hidratos de carbono y reduzcas las grasas. Apuesta por los cereales integrales y los frutos secos, ricos en fibra y vitaminas del grupo B. Los ácidos grasos poliinsaturados (omega-3) son indispensables para el buen funcionamiento del sistema endocrino, los encontrarás en los aceites vegetales o el pescado azul.

    Evita sin embargo las comidas procesadas, las frituras, las grasas saturadas o las bebidas energéticas que no aportan nutrientes a nuestro organismo y lo saturan de toxinas.

  • ¡Ejercítate!: baila, nada, monta en bicicleta o practica yoga. Al ejercitarnos liberamos endorfinas y nos sentimos mucho mejor.
  • Bebe agua: te ayudará a mantener tu organismo hidratado y favorecerá las funciones renales e intestinales.
  • Duerme: el descanso es fundamental para reponerse. Trata de cenar ligero y unas dos horas antes de acostarte para evitar que las digestiones pesadas interfieran en el sueño.
  • Aprovecha el buen tiempo: tómate un descanso y aprovecha las horas de luz para realizar actividades al aire libre. El yoga, el tai chi o la meditación también pueden ayudarte a relajarte y liberar tensiones.