Desde el momento en que estamos embarazadas nuestro cuerpo comienza a experimentar una serie de cambios físicos que consisten en primer lugar en variaciones hormonales, y después en el desarrollo del feto y la preparación del organismo para el parto.

En el primer trimestre sufrimos cambios hormonales que afectan sobre todo al estado de ánimo, aunque es posible que podamos sentir ya un aumento del volumen y sensibilidad en los senos y un incremento de peso corporal de uno a dos kilos. En el segundo trimestre podemos subir hasta 4 kg. Puede aparecer también en esta etapa el llamado «cloasma», una pigmentación irregular de la piel que provoca la aparición de manchas en la cara. Durante el tercer trimestre continúa el aumento de peso entre 3-5 kg, afectando sobre todo al volumen del vientre, pecho y caderas. Es cuando más molesta puede hacerse la retención de líquidos, que hace que las piernas y tobillos se hinchen generando sensación de pesadez y cansancio.

A lo largo de todo el embarazo, y sobre todo en el último trimestre, la piel de nuestro cuerpo se ve sometida a un gran estiramiento que pone a prueba su resistencia y elasticidad. Por si fuera poco, las hormonas propias del embarazo inhiben la formación de colágeno y elastina. Todo esto provoca que las fibras que sirven de sostén a nuestra piel se rompan, formándose así las estrías.

Para prevenir su aparición, es imprescindible hidratar la piel de todo el cuerpo dos veces al día, con cremas ligeras y confortables, realizando un suave masaje en las zonas más conflictivas para aumentar el grado de elasticidad y estimular la formación de colágeno.

Como muchas ya sabéis, no todos los cosméticos son aconsejables durante el embarazo. Debes consultar a tu médico o farmacéutico sobre la crema o producto de uso tópico que piensas utilizar. Una buena alternativa son los productos naturales como el aceite de rosa mosqueta que puede ser utilizado tanto en el embarazo como después del parto, ya que no tiene efectos secundarios y es muy útil para nutrir la piel en profundidad, regenerar los tejidos dañados, atenuar las cicatrices y prevenir la formación de estrías.

Otros aceites vegetales que pueden ser utilizados durante el embarazo con este fin son el aceite de almendras dulces o el aceite de argán para las pieles más resecas.

Si te animas, también puedes preparar tus propias fórmulas cosméticas. Para un ungüento anti-estrías 100% natural necesitas:

  • 40gr manteca de Karité sin refinar
  • 20gr aceite de coco prensado en frío
  • 25gr aceite de aguacate verde, prensando en frío
  • 25gr aceite de germen de trigo prensado en frío
  • 1gr vitamina E
  • 8 gotas aceite esencial Nerolí

Preparación: funde la manteca de karité y el aceite de coco al baño María.

En otro vaso medidor, junta los aceites.

Añádelos luego a la manteca fundida y remueve hasta que se integren bien.

Deja que se enfríe y cuando tenga menos de 30º, agrega la vitamina E y el aceite esencial de Nerolí. Remueve de nuevo y guárdalo unas horas en el frigorífico para que se solidifique.

Tarda uno o dos días hasta obtener su textura final y poder ser utilizado.

Recuerda que, además de hidratarte externamente es muy importante beber una cantidad aceptable de agua (1/5-2 litros al día), hacer algo de ejercicio y consumir frutas y alimentos ricos en vitaminas.