Porque no todas las chicas nacemos con unas pestañas largas y con volumen, el rizador de pestañas es uno de esos artilugios que no pueden faltar en nuestro neceser de maquillaje.

Aunque sólo lo usemos ocasionalmente (puede dañar las pestañas si lo utilizamos a diario), conviene tener en cuenta algunos consejos antes de recurrir a él:

  1. Se usa siempre sobre las pestañas limpias (antes que la máscara).
  2. Coloca el rizador lo más cerca posible de la base de las pestañas (sin pellizcar el párpado).
  3. Presiona durante 5-10 segundos sin desplazarlo para no arrancar las pestañas.

Si no tienes rizador o tienes las pestañas muy débiles y prefieres no usarlo, puedes sustituirlo por una cuchara.

Recuerda que los rizadores deben limpiarse de vez en cuando con un bastoncito o disco de algodón impregnado en tónico facial.

¿Cómo elegir un rizador de pestañas?

Has de saber que existen diferentes modelos:

  • Metálicos: se asemeja a unas tijeras y rizan las pestañas al presionarlas entre una goma y un filo metálico.
  • De plástico: tienen una forma más moderna. Funcionan también con la presión de gomas generadas por un resorte.
  • Tipo pinzas: está indicado para las pestañas del ángulo externo del ojo, para conseguir en esa zona un efecto más dramático. Actúa como el rizador metálico normal, presionando entre goma y filo metálico, pero con más definición en el resultado.
  • Térmicos: logran un rizado más duradero gracias al calor. No superan los 37º por lo que no queman las pestañas.

A la hora de elegir tu rizador debes asegurarte de que abarque todas tus pestañas. La goma no debe ser muy dura ni muy blanda y lo ideal es que venga con algún recambio.

Un buen momento para rizarse las pestañas es al salir de la ducha ya que con la humedad y el calor se rizan mucho mejor. También es típico el calentar los rizadores normales con un golpe de secador, con cuidado.