¿Sabías que la bicicleta estática es una de las formas de hacer ejercicio más seguras para las embarazadas? Si bien no es muy habitual ver a una embarazada por la calle montada en bicicleta, los riesgos de accidentes y caídas desaparecen al practicar el ciclismo indoor.

Eso sí, antes de comenzar cualquier programa de ejercicio durante el embarazo es importante hablar antes con tu ginecólogo porque existen algunos casos (como embarazos múltiples o riesgo de parto prematuro) en los que debe limitarse al máximo el nivel de actividad física.

Beneficios del ciclismo indoor durante el embarazo.

Siempre que no existan complicaciones ni patologías previas, pedalear en una bicicleta estática es un ejercicio seguro y beneficioso para las mujeres embarazadas.

En primer lugar, es un entrenamiento de bajo impacto que no ejerce una presión excesiva sobre las articulaciones.

Además, mejora la circulación sanguínea en las piernas y ayuda a prevenir las varices y la retención de líquidos, dos problemas comunes durante el embarazo.

A pesar de que el ciclismo es un deporte de tipo cardiovascular, si se practica menudo ayuda a fortalecer los músculos de las piernas y la zona del perineo, lo que puede ser muy útil durante el parto.

Por último, la bicicleta estática también contribuye a controlar el aumento de peso durante el embarazo y reduce el riesgo de sufrir diabetes gestacional (un problema grave de salud que afecta del 3% al 10% de las mujeres embarazadas).

Consejos para las embarazadas que quieren empezar a entrenar en la bicicleta estática.

Si estás embarazada y quieres hacer ejercicio en la bicicleta estática, trata de mantener una postura cómoda en todo momento. Trata de ajustar la bicicleta spinning correctamente (si no sabes cómo hacerlo pide ayuda a un monitor o consulta la información del artículo que enlazamos).

Practica este deporte con moderación, sin intentar batir récords. Si antes del embarazo llevabas una vida sedentaria, puedes comenzar con sesiones cortas de 10 a 15 minutos e ir aumentando gradualmente hasta llegar a los 30 minutos. Es fundamental escuchar al propio cuerpo y evitar llegar a un estado de fatiga (por ejemplo, evita hacer rutinas de intervalos mientras pedaleas en la bicicleta estática).

También es importante vestir ropa cómoda, mantenerse hidratada e instalar tu bici en un lugar con buena ventilación. El calor excesivo puede ser contraproducente y provocar sensación de mareo o falta de aire. Si esto ocurre, detén el ejercicio inmediatamente y bebe agua para reponer los líquidos perdidos por la sudoración.

Recuerda que, además de la bicicleta estática, hay muchos otros ejercicios suaves que se pueden practicar durante el embarazo, por ejemplo: nadar, caminar o asistir a clases de yoga prenatal.

Antes de empezar a entrenar, pregunta a tu médico o ginecólogo qué programa de ejercicios es el más aconsejable y seguro, teniendo en cuenta tu estado de salud y condición física.

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