Entendemos por flacidez una pérdida de firmeza de los tejidos que sirven de soporte a la piel.



La flacidez forma parte del deterioro natural de nuestro cuerpo cuando entramos en la edad adulta (los primeros indicios aparecen a partir de los 30-35 años). La producción de colágeno y elastina (dos sustancias encargadas de formar los fibroplastos o células que garantizan la elasticidad y tensado de nuestra piel) cae en esta etapa. Como consecuencia, la epidermis se vuelve más delgada y los tejidos se descuelgan. Las zonas del rostro más afectadas suelen ser las mejillas, el mentón y el cuello (papada). En el cuerpo, sufren mayormente la acción de la flacidez los senos, el abdomen, los glúteos y la cara interna de los muslos.

Además de la edad, existen otros factores que pueden acelerar el deterioro del colágeno y la falta de tono, por ejemplo:

  • Genética: no todas las personas tenemos la misma calidad de piel.
  • Carencias nutricionales: una falta de vitaminas o proteínas en nuestra dieta puede desencadenar este problema estético ya que las células de nuestra piel necesitan alimentarse bien para poder auto-regenerarse y mantenerse en buen estado.
  • Cambios bruscos de peso en un corto periodo de tiempo: la piel pierde su capacidad de readaptarse al nuevo volumen corporal.
  • Exposiciones solares continuadas sin protección: perjudican seriamente a las fibras de colágeno.
  • Cambios hormonales: con la menopausia disminuye la producción de estrógenos y este hecho produce cambios en la textura y densidad de la piel.
  • Tabaco y alcohol: entorpecen la oxigenación celular.

¿Cómo corregir la flacidez?

Recuperar la tonicidad de la piel no es tarea sencilla y, como siempre, es mejor prevenir que curar. Una alimentación sana y rica en proteínas, vitaminas y minerales, en el marco de una vida saludable y alejada del sedentarismo, es la mejor forma de evitar que la flacidez aparezca. Una vez que ésta ya ha hecho acto de presencia, es más difícil de combatir. Los casos más graves pueden requerir de tratamiento quirúrgico (las llamadas «dermolipectomías«) pero si la falta de tono es leve o moderada, puede mejorar con ejercicio y ayuda cosmética.

La flacidez es un problema estético que debe combatirse con un plan de belleza integral. Para recuperar la musculatura, debemos trabajar cada zona afectada con gimnasia localizada. Para las mujeres que han dado a luz y quieren volver a lucir un vientre plano y firme, lo mejor son los ejercicios abdominales. Deben hacerse con precaución para no forzar la espalda y nunca después de comer o con el estómago completamente vacío. Los resultados no serán visibles de la noche a la mañana, de modo que es necesario que seas muy paciente y constante. Si necesitas tonificar varias partes de tu cuerpo, lo más indicado es acudir a un gimnasio.

Para conservar unas bellas facciones y aminorar los signos de envejecimiento en el rostro, la gimnasia facial puede ser de gran ayuda y te llevará apenas unos minutos diarios.

Correr, bailar, pasear, nadar, montar en bici… cualquier tipo de actividad aeróbica sirve para mantener el tono corporal (aunque claro está, si quieres ganar musculatura son más eficaces los ejercicios que implican resistencia).

Para mejorar la calidad de la piel y fortalecer las fibras musculares, debemos suministrar a nuestro cuerpo el aporte de proteínas que necesita. ¿Sabías que por cada kilo de músculo que tenemos es necesario ingerir al menos un gramo de proteína? La carne, las legumbres, los huevos, los lácteos y los cereales son los alimentos que tienen mayor aporte proteico.

De igual modo, es imprescindible hidratar nuestra piel desde el interior bebiendo al menos dos litros de agua diarios. Si lo deseas, puedes tomar también infusiones como el té verde (conocido por sus virtudes antioxidantes y adelgazantes), un gran aliado para mantener una piel joven y bonita.

Tratamientos reafirmantes

Existen también varios tratamientos estéticos para combatir la pérdida de firmeza; desde las conocidas radiofrecuencias a las ondas rusas que actúan a nivel muscular (en este artículo os hablamos de la mayoría de ellos).


La medicina estética es una buena alternativa a tener en cuenta cuando la flacidez no es demasiado acusada y queremos recuperar nuestra figura sin someternos a cirugías invasivas.

Si no tienes demasiado presupuesto para este tipo de tratamientos, puedes recurrir igualmente a los masajes reafirmantes, que además de mejorar el tono muscular, favorecen la circulación en la zona a tratar y son muy útiles para eliminar toxinas y reducir centímetros.

Para acelerar los resultados de estos cuidados, utiliza una crema reafirmante sobre las áreas afectadas mañana y noche y aplícate un buen chorro de agua fría durante tu ducha diaria (es uno de los mejores tips para tonificar tu piel al instante).

En nuestro artículo «Los mejores remedios caseros para la flacidez corporal» os enseñamos a preparar también cremas caseras muy eficaces para reafirmar la piel y devolverle su aspecto suave y elástico.

Recuerda que la constancia es la clave para que todos estos consejos den sus frutos, aunque si tienes un exceso de piel importante no servirán de mucho. En este caso, es recomendable que consultes tu problema a un dermatólogo que sepa valorar las opciones médicas a tu alcance para verte mejor.